CDMX.- Los hermanos Hernández García vivieron 22 años pensando que su madre, doña María Cristina Aguilar Garcia , los había abandonado, cuando en realidad fue asesinada y todo ese tiempo estuvo emparedada en su casa ubicada en el Barrio San Juan, en la delegación Xochimilco.
Luis Enrique recordó ante el agente del Ministerio Público que su padre los abandonó y tiempo después su mamá se casó con Julio Ernesto López Suárez, un hombre mucho mayor de edad que ella.
Cuando tenía 14 años, dijo, buscó a su mamá para pedirle dinero, pues quería comprarse unos zapatos, pero no la encontró en la casa y su entonces pareja le comentó que María Cristina se había a una de las pláticas religiosas debido a uno de sus hermanos iba a hacer su primera comunión.
A los tres días de aquella visita, Luis Enrique regresó a la calle del Bosque, número 24 a buscar a su madre, pero ya nadie le abrió la puerta y al revisar el inmueble se dio cuenta que su padrastro se había ido de la casa, llevándose todos los muebles y nunca más volvió a saber de él.
Con la ayuda de algunos vecinos y de su hermano comenzaron a buscar a su mamá por el Barrio de San Juan , así como también presentaron una denuncia ante las autoridades correspondientes por la desaparición de la mujer, que en ese entonces tenía 40 años de edad.
De acuerdo con lo asentado en la carpeta de investigación CI-FXH/XÓCHITL-2/UI-2C/D/00296/05-2018, nunca más volvieron a saber de doña María Cristina por lo que junto con su hermano de 15 años de edad, se quedaron a vivir en la casa.
El pasado viernes pasado, alrededor de las 13:00 horas, cuando estaban remodelando la vivienda, uno de los albañiles comenzó a golpear una de las paredes de la recámara y en uno de los golpes que dio salió volando un cráneo humano, por lo que comenzó a gritarle a Luis Enrique para informarle del hallazgo.
Una vez sobrepasado el susto, comenzaron a escarbar la pared con cuidado y se encontraron con un esqueleto que vestía un pants, cuyas características eran similares a la última vez que aquel joven de 14 años vio a su madre.
El cadáver estaba con las manos atadas hacia la espalda con cinta adhesiva, además de un trapo en la boca y en la pared se apreciaban huellas de rasguños, por lo que presumen que posiblemente la emparedaron viva.
Por el hallazgo se inició una carpeta de investigación por el presunto delito de homicidio culposo, al tiempo que peritos de la procuraduría capitalina realizan diversos estudios a los restos óseos para determinar si corresponden a los de la señora María Cristina Aguilar García, además intentar encontrar las posibles causas de su muerte y cuándo ocurrió el deceso.