Luego de cerrar su negocio por más de tres meses, a consecuencia del confinamiento social por Covid-19, un empresario restaurantero de la colonia San Rafael, en Cuauhtémoc, intentó abrir sus puertas para continuar la venta de cochinita pibil y se apegó a los lineamientos del programa Ciudad al Aire Libre, impulsado por el gobierno local.

Sin embargo, el sábado pasado, el empresario —quien pidió el anonimato por temor a represalias—, empezó una serie de adecuaciones sobre la banqueta y, en cuestión de minutos, llegó personal de Protección Civil de la alcaldía.

Los servidores públicos solicitaron todos los documentos necesarios que le permitían hacer las modificaciones sobre la acera; el propietario los enseñó y a pesar de eso, lo extorsionaron.

“Es increíble, estuvimos cerrados mucho tiempo por la pandemia, mantuvimos empleos, aguantamos hasta la quiebra y ahora que intentamos recuperarnos, nos salen con esto. Son unos buitres los de Protección Civil, les demostré que tengo los documentos en regla.

“Les explique que podríamos poner mesas sobre la banqueta por el nuevo programa y no quisieron entender, se pusieron muy pesados y más tarde nos pidieron dinero, me quisieron extorsionar. Les dije que no, que preferiría pagar una multa que se inventaron y se molestaron más, entonces por venganza se llevaron detenidos a dos obreros que hacían unos trabajos sobre la banqueta”, explica el comerciante.

Sin justificación alguna, cuenta el afectado, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y de Protección Civil de la alcaldía Cuauhtémoc los remitieron al Ministerio Público y luego con el juez cívico, donde empezó la segunda tortura.

“En el Ministerio Público me pedían 20 mil pesos para no consignarlos. Les expliqué que no había por qué detenerlos, ni siquiera había delito y no les importó, me dijeron que por buena gente me cobraban 10 mil por los dos; tampoco accedí a la extorsión y ahora no tengo empleados, no voy a abrir mi negocio y tengo que gastar en abogados, algo increíble cuando yo lo único que quería hacer era abrir mi negocio para darle trabajo a la gente que estuvo conmigo durante la pandemia”, narra frustrado el joven empresario.

La crisis ocasionada por el Covid ha dejado un sinnúmero de pequeños restaurantes y negocios cerrados, la cual se agudiza con la pérdida de empleos.

“Nos ha ido de la chingada y lo que uno espera es un poco de empatía y apoyo de las autoridades y en lugar de eso te extorsionan y te tratan con la punta del pie. Ojalá la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se dé cuenta de lo que está pasado, quizá tenga buenas intenciones, pero la gente de abajo no lo entiende”, dice el entrevistado, quien augura que ahora tardará más tiempo en recuperarse.

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