Autoridades capitalinas buscan que el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) delegue la mayor parte de sus operaciones en el monitoreo de las 14 mil 605 cámaras con las que cuenta, a las cinco estaciones regionales (C2), con el objetivo de hacer más eficiente la distribución para la atención de ciudadanos.
Actualmente, el reparto de las operaciones de monitoreo y despacho de incidencia es desigual.
Los C2 atienden 90% del tiempo la incidencia reportada y sólo 10% lo concentran para monitoreo preventivo.
Cosa contraria para los operadores del C5, quienes se encargan de recibir los reportes provenientes de las estaciones regionales, monitorear las cámaras de la Ciudad de manera preventiva y despachar las emergencias.
El coordinador General del C5, Juan Manuel García Ortegón, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL que la distribución del trabajo para este año deberá quedar nivelada en 50%, es decir, todo el despacho de incidencia será absorbido por el C5 y el monitoreo preventivo de las cámaras para los C2, pues ya tendrán el acceso al control de todas las cámaras.
“Para el operador va a implicar una modificación en la manera en que aborda el sistema. Estamos tratando de apoyarlos de varias maneras: uno, habilitando los analíticos, que las cámaras les ayuden en todo lo que se pueda automatizar; pero también lo que queremos es que gran parte de la operación del despacho [de incidencia] lo absorba el C5, que los C2 se dediquen a monitorear más, pues ahora tendrán acceso a un montón de cámaras.
“Ahora, para los monitoristas del C2 sus labores deben estar en un 90%-10%, es decir, 90% del tiempo están despachando incidencia y 10% haciendo monitoreo preventivo. Queremos ir igualando ese porcentaje, 50% cada uno, sería increíble al final del año”, comentó García Ortegón.
El C5 inició el cambio y renovación tecnológica de las cámaras de la Ciudad de México en 3 mil 600 postes, donde se colocan cinco cámaras con visión 360; dichos postes, a decir del coordinador, contaban con una cámara vieja instalada en 2009, es decir, son de tercera generación, con una resolución de imagen semejante a la de una televisión analógica.
Este cambio en las cámaras tiene el objetivo de que, frente a un hecho delictivo y de tránsito vehicular, existan diferentes tomas hechas desde diversos ángulos, para que las zonas queden cubiertas en varios frentes con grabaciones continuas, lo que implica que no se pierda ningún momento, por lo que los aparatos cuentan con multisensores que captan cualquier tipo de movimiento.
En la Ciudad de México existen dos tipos de postes con cámaras de videovigilancia, de nueve y 20 metros de altura; los que se utilizan para captar la incidencia delictiva son los de nueve metros y son en los que se concentra el cambio de las cámaras. Aproximadamente 500 postes de 20 metros son para fines de tráfico vehicular.
El cambio de las nuevas cámaras 360 será en los postes de nueve metros, los cuales únicamente tenían cámaras telemáticas, es decir, que se monitoreaban por control remoto.
Este tipo de dispositivos son de tres generaciones diferentes, de acuerdo a la administración en la que fueron instaladas, explicó Juan Manuel García Ortegón.
Las de menor resolución y que son renovadas con la colocación de cinco más, se instalaron desde el año 2009.
El funcionario capitalino explicó que las cámaras nuevas tienen un zoom que amplía la imagen hasta 32 veces su tamaño, además de que son Full HD. Cuentan con un analítico, esto es que pueden detectar personas en movimiento, rostros y placas de automóvil.
Con las nuevas cámaras se abarcan todas las zonas. Una puede captar un lugar determinado mientras las otras graban diferentes puntos, sin que se pierda algún momento. Todas ellas mantienen una grabación que puede ser almacenada hasta por 30 días.
Este periodo es el óptimo para que puedan ser integradas como pruebas para investigaciones por hechos delictivos, y deberán ser requeridos únicamente por la autoridad correspondiente.
Las autoridades también buscan que el nuevo sistema de videovigilancia no exceda su vida útil, esto es cada tres años, tiempo adecuado para que sean sustituidas.
El coordinador general del C5 contó que cada año esperan el cambio de 4 mil cámaras; sin embargo, dependerá del presupuesto.
El cambio de los postes y las cámaras también abarca la renovación de los altavoces y botones de auxilio.
En cuanto a los altavoces, García Ortegón dijo que los equipos presentan muchas fallas, puesto que tienen conexión a tres puntos: puerto de audio-cámaras; cámaras-amplificador, y del amplificador a los altavoces.
Lo anterior genera que sea difícil identificar la zona en donde se encuentra la falla, y por ese motivo, la única manera de identificarlo es haciéndolas sonar. El cambio que se realiza significa la instalación de un altavoz de manera directa al poste del C5.
Esto significaba para el Centro de Comando mayores recursos, pues sólo arreglar un amplificador para altavoces costaba 60 mil pesos, y ahora, 12 mil pesos con instalación.
En tanto, el cambio en los botones de pánico es uno de los gastos menos fuertes para la institución, precisó el coordinador General.
El C5 cuenta con un presupuesto aproximado de 2 mil millones de pesos al año, y la inversión más alta la realizó en 2019, pues destinó mil 195 millones de pesos extra para iniciar con la renovación de toda la fibra interna de la dependencia.
Además, sirvió para la realización del C2 Central de Abasto.
Este año el presupuesto será el mismo, y para García Ortegón esto implica que continuarán con la optimización de los recursos, hacer más con menos.