Compras de pánico

ocasionan que este lunes de Nochebuena las tiendas de autoservicio y departamentales luzcan atiborradas de personas que van y vienen con carritos llenos de comida para preparar la cena, así como otras a las que les faltan manos para cargar ropa y medírsela en los vestidores o llevarla a envolver para regalo.

Hay tiendas de autoservicio que permanecen abiertas las 24 horas del día , y aunque esta noche cerrarán a las 22:00 horas para que sus empleados acudan a sus hogares a cenar con sus familias, Mariana Rangel, empleada de uno de esos comercios, asegura que desde esta madrugada se observó más afluencia de personas.

"La gente aprovecha que en la madrugada no está tan lleno y vienen a hacer sus compras para la cena. Llevan de todo: refresco, vinos, aceitunas, leche, pan de caja, virotes, bacalao, pasteles, cerveza y en general muchas bebidas alcohólicas, es de lo que más se vende", aseguró Mariana.

Fabiola Sánchez acudió esta mañana a una de estas tiendas de autoservicio a comprar lo necesario para elaborar, junto con su hermana, la cena de Nochebuena.

"Únicamente es para tres personas: mi hermana, mi papá y yo. Compré dos kilogramos de bacalao que cuesta 300 pesos cada uno, flor de calabaza para hacer una crema, por lo que llevo también una leche evaporada y una entera.

"Haremos también ensalada de manzana a la que pondremos pasas, nuez, arándanos, crema, leche condensada y piña en almíbar. De postre un flan napolitano para lo que necesitamos huevo, leche condensada y evaporada".

Fabiola muestra su ticket de compra. Esta cena navideña para tres personas le costó mil 773.15 pesos.

Cantidad nada comparable con la de la familia Montero Méndez , integrada por dos adultos y tres niños de 13, 11 y cinco años de edad, que entre comida y regalos llevan un ticket por 13 mil 656.83 pesos. En su cena tendrán siete invitados más.

De hecho, rumbo a la salida del supermercado llevan dos carritos: uno con comida y bebidas espiritosas, y otro con parte de los regalos que darán a sus hijos de parte de Santa Claus.

La familia de Santiago Montero disfrutara de dos piezas de pierna adobada preparada previamente en el supermercado con un costo de 299 pesos el kilogramo, que va acompañada por una guarnición de ensalada "mancha manteles".

Compraron también un pollo rostizado para el hijo más pequeño de la familia, con valor de 80 pesos.

Este plato fuerte lo acompañarán con espagueti a la boloñesa y doña Margarita Méndez también elaborará romeritos, ensalada de manzana, ponche y un pay "volteado" de piña.

En el segundo carrito de compras, donde depositaron los regalos para sus hijos y familiares, predominan los juguetes, casi todos electrónicos, entre los que destacan patines tradicionales de 600 pesos, un patín eléctrico de casi tres mil pesos y un set se súper héroes con valor de casi 900 pesos.

El resto de los juguetes son una mascota interactiva de mil 899 pesos, cubos para construcción, una típica y esbelta muñeca rubia, otros pequeños productos para un bebé y tres prendas de ropa.

Las tiendas departamentales no son la excepción en cuanto a asistencia de compradores se refiere. La razón: compras de última hora para cubrir con el requisito de los regalos que serán depositados debajo del árbol de Navidad.

"Dios dirá qué haremos para pagar" y las compras de pánico en Nochebuena
"Dios dirá qué haremos para pagar" y las compras de pánico en Nochebuena

Regularmente estos establecimientos abren a las 11:00 horas y cierran a las 21:00 horas. Sin embargo, en esta temporada navideña amplían su horario y están abiertos desde las 10:00 hasta las 22:00 horas.

Las pseudoofertas abundan al igual que los pagos a meses sin intereses; perfecta trampa de la psicología de la mercadotecnia para despistar al comprador e incitarlos a las compras necesarias y también innecesarias.

"Total, Dios dirá qué hacemos para pagar", dice Ana Segur

a al tiempo que ríe y lleva en la mano dos chamarras, tres pantalones y dos vestidos.

Son regalos para sus hijas e hijos y, por supuesto, no podía falta el de su suegra, "pa' que la ruquita no la haga de emoción", dice riéndose al caminar a la fila de la caja y estar dispuesta a pagar, según estimó, alrededor de cuatro mil 500 pesos que la mantendrán endeudada por seis meses al cubrir el gasto con su tarjeta de crédito.

Donovan Robles asiste también a una tienda departamental de lujo a comprar ropa para sus papás y hermana, un perfume y prendas interiores para su novia, artículos deportivas para él, y una casa nueva y suéteres para su mascota, un macho pit bull de cinco años de nombre Mateo, que es su adoración.

Al ser entrevistado, apenas ha comprado la ropa de su padre y la de él, aún le falta la de su mamá, su hermana y su novia, "es lo mas difícil porque son mujeres", dice riéndose.

Cuestionado por qué decidió hacer "compras de pánico", explicó que el trabajo le impidió hacerlas previamente, y como este lunes su jefe le permitió no asistir al trabajo, fue la única opción que tuvo para comprar los obsequios navideños.

El gasto de Donovan para esas compras será por alrededor de 10 mil pesos. También a pagar a meses sin intereses con la tarjeta departamental, cuyo costo anual total (CAT) de estos plásticos es aún más caro que el de los emitidos por las instituciones bancarias.

Tal vez Donovan lo sepa, tal vez no. Lo cierto es que parte de su salario de los próximos seis, 12 o 18 meses deberá destinarlo a pagar a esta tienda. Todo sea por el reconocimiento, y si corre con suerte, agradecimiento de sus seres queridos.

Así transcurre el ir y venir de centenares de personas en la tarde de este 24 de diciembre en las tiendas de autoservicio y departamentales. Parece ser que e l dinero, los vales de despensa y las tarjetas de crédito y débito salen de los bolsos y las carteras sin ninguna culpa o preocupación.

"Y dicen que no hay dinero, que estamos en crisis, que no hay trabajo. Siempre nos estamos quejando, pero la gente gasta y gasta", comenta don Efraín Ocampo, un hombre bajito, canoso, regordete, formado en la fila para pagar un cartón de doce piezas de huevo, un poco de jamón y un jabón lavatrastes.

"Yo voy a cenar solo, me voy a hacer mi tortita de huevo con jamón y dormiré temprano. Aunque digan que son un 'grinch'".

cg

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