La actual administración del Sistema de Transporte Colectivo Metro detectó presuntos actos de corrupción en la compra de refacciones para trenes de la Línea 2, que corre de Cuatro Caminos a Tasqueña.

Al hacer una revisión de los documentos, encontró que la pasada administración compró las piezas al Consorcio Internacional Quetzalcóatl, S.A. de C. V., dedicada a la venta de instrumental médico, incubadoras y camillas.

Se adquirieron mil 019 diferenciales por un monto de 997 millones de pesos.

El STC Metro compró a una empresa dedicada a la venta de Instrumental Médico, Incubadoras y Camillas los diferenciales que utilizan los trenes modelo NM-02, piezas que permiten que las llantas de la derecha y la izquierda de cada unidad giren a velocidades distintas, para que el convoy no se desestabilice y tenga una mejor conducción en las curvas.

De acuerdo con un documento en poder de EL UNIVERSAL, la inversión forma parte del Proyecto 2 del fideicomiso que consiste en dar mantenimiento mayor a los 45 trenes de la Línea 2, en el que se califica a los diferenciales como una de las piezas más importantes del mantenimiento de las unidades.

Previo a la firma de estos contratos se realizaron tres licitaciones públicas que se declararon desiertas, por lo que se acordó que el personal del STC realizara dichas labores y que el Metro comprara las refacciones directamente a la empresa.

Compró Metro piezas de refacción a empresa de material médico
Compró Metro piezas de refacción a empresa de material médico

El recurso salió del Fideicomiso Maestro del Sistema de Transporte Colectivo Metro (Fimetro) y que proviene del incremento al boleto del STC aplicado el 13 diciembre de 2013, por el entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa. El monto de los dos contratos representa 41.15% de los recursos que fueron erogados.

En el análisis realizado por la actual administración a los estados financieros del Fimetro se precisa que la empresa CIQ fungió como intermediaria en la compra de las refacciones, porque los fabricantes de dicha pieza de la marca Texelis son una subsidiaria de Renault Trucks, con la que pudieron comprarse de manera directa.


Los trenes NM-02 circulan por la Línea 2, que va de Cuatro Caminos a Tasqueña, y la Línea 7, que corre de El Rosario a Barranca del Muerto.

En total se compraron mil 19 diferenciales, cuya entrega se pactó en tres fechas. En octubre de 2016 se entregaron 24 equipos; 569, en diciembre de 2017, y finalmente 426, en diciembre de 2018. Hasta ahora se han instalado 681 piezas y quedan 338 pendientes de colocar. Sin embargo, 18 presentaron fallas, incluso dos se averiaron a menos de 80 días de su montaje y sin haber recorrido siquiera 30 mil kilómetros, cuando la garantía ampara 500 mil kilómetros recorridos o 48 meses a partir de la fecha de su colocación.

Los desperfectos dejaron al descubierto que el Consorcio Internacional Quetzalcóatl S.A. de C.V. únicamente fungió como intermediario para la adquisición, pues cuando autoridades del Metro realizaron el reclamo de la garantía —el 22 de octubre de 2018— el proveedor no envió a sus representantes a las instalaciones de Taller de Mantenimiento Mayor Ticomán para revisarlos, sólo pactaron tres reuniones para determinar las causas de las averías.


Cuando entró la nueva administración del Metro se retomó el reclamo de la garantía para que las piezas fueran sustituidas o reparadas, pero a más de cinco meses de hecho el requerimiento el proveedor no ha dado respuesta.

En el análisis que publicó la Secretaría de Movilidad se establece que el tema de los diferenciales es prioritario por el elevado monto de inversión que se realizó y porque las piezas garantizan el correcto funcionamiento de los trenes, lo que tiene relación directa con la seguridad de los usuarios. Además, la dependencia concluyó que el proyecto no se basó en diagnósticos sólidos.

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