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Desde 2006 las autoridades locales y federales investigan a una familia que lidera el negocio de la trata de personas en la Ciudad de México y que tienen como país de origen Argentina, desde donde reclutan a sudamericanas a quienes prometen triunfar en la televisión mexicana para después llegar a Estados Unidos.
La investigación apunta a que el reclutamiento se da a través de otro lenón a quien las autoridades identifican como El Capurro, quien además es propietario de por lo menos tres páginas de internet donde ofrece a jóvenes —hombres y mujeres— como escorts, acompañantes y modelos para pasarela.
Las autoridades estiman que cada portal le deja ganancias de hasta 10 mil dólares mensuales.
Una vez que las reciben en el aeropuerto son llevadas a los departamentos que esta mafia tiene en las colonias Narvarte, Nápoles o la Del Valle, donde son recibidas por una mujer a quien identifican como Silvia, quien les hace creer que ella será la encargada de darles el “entrenamiento” necesario para que empiecen su carrera en la televisión mexicana, pero les advierte que tiene un costo, el cual les dice, será pagado una vez que empiecen “a trabajar”.
Toda la información, así como las investigaciones que han hecho las autoridades federales y locales están asentadas en el expediente PGR/SIEDO/UEITMIO/021/2006 así como en los anexos 069/2005 y CCVM/DCVN/041/2006 donde incluso, se relaciona a personal del Instituto Nacional de Migración (INM), pues son los encargados de otorgar los pasaportes y permisos a estas mujeres para poder estar en el país como turistas por un máximo de seis meses.