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Carlos Salomón Villuendas Adame, conductor del automóvil BMW que se estrelló en Reforma y Lieja y causó la muerte de cuatro personas, fue sentenciado a nueve años seis meses de prisión y a pagar un millón 414 mil 380 pesos con 50 centavos como reparación de daños a los familiares de tres de las cuatro víctimas.

Tras nueve meses de proceso, ayer, el Ministerio Público logró acreditar que Villuendas Adame conducía en estado de ebriedad y a más de 120 kilómetros al momento del accidente el pasado 31 de marzo.

Un tribunal de enjuiciamiento, en la Sala-1 de juicio oral perteneciente al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad, dictó sentencia condenatoria a Carlos Salomón al considerarlo “culpable del homicidio de cuatro personas, con el agravante de conducir bajo los influjos del alcohol”.

El MP pedía la pena máxima de 20 años de prisión y la defensa la mínima de seis; el juez decretó nueve años seis meses de cárcel.

Tras la resolución, tanto la defensa como las víctimas anunciaron que apelarán la sentencia ante un tribunal colegiado para aumentar la condena, que podría llegar hasta los 20 años de prisión.

Durante la audiencia, el imputado estuvo siempre atento a las palabras de la juez Belem Guerrero y de los ministerios públicos.

En el último día del proceso, Villuendas Adame vistió una chamarra color caqui y pantalón de gabardina del mismo color. Apareció con un corte de cabello nuevo.


Nunca habló. No miró a los ojos a los familiares de las víctimas, quienes cada que recordaban el incidente le buscaban la mirada al acusado.


La juez, en dos ocasiones, le pidió tomar la palabra y comentar alguna inconformidad.


“No juez, no quiero comentar ni expresar nada”, se limitó a decir el imputado para después comentar algo con su abogado y sentarse.


El millón 414 mil 380 pesos con 50 centavos que ordenó pagar la juez a Villuendas Andrade será para la reparación de daño, gastos funerarios, daño moral y para que los deudos reciban terapia sicológica.


El Ministerio Público presentó los testimonios de tres peritos de la procuraduría capitalina, especialistas en sicología y tanatología, quienes explicaron a los jueces el daño mental que les provocó la muerte de sus familiares.


Después de una hora de receso, la audiencia continuó. Carlos Salomón se mantuvo igual, bien alineado. Nunca se le vio nervioso ni temeroso. Minutos antes de leer la sentencia, las familias de quienes murieron en el accidente, le buscaban la mirada para ver en ella quizá arrepentimiento o lágrimas. Villuendas escuchó su sentencia y se mantuvo sin hacer alguna gesticulación, luego de enterarse que los siguientes nueve años de su vida, posiblemente, los pase tras las rejas.

“Se hizo justicia”; familiares de víctimas de accidente. El castigo para Carlos Salomón desató la alegría de otros. Los familiares de Karla, Carlos Roberto y Claudia Ivonne, una vez terminada la audiencia, no pudieron ocultar su felicidad y se fundieron en un abrazo junto con sus abogados al tiempo que palmeaban en la espalda a los agentes del Ministerio Público que llevaron el caso durante los últimos nueve meses. Aunque querían la pena máxima de 20 años, dijeron sentirse contentos por la sentencia.

Comentaron que la decisión del juez marca un precedente en la Ciudad, donde ahora todos saben el riesgo que representa para la sociedad el que alguien maneje alcoholizado. “Se hizo justicia, no era lo que esperábamos pero digamos que estamos contentos con la resolución de los jueces, porque además se marca un precedente, ahora la sociedad sabe que uno no se puede manejar en un estado de inconsciencia, porque las consecuencias son graves y en este caso, termina con cárcel.

“Sobre el asunto del acuerdo reparatorio la verdad es que nosotros nunca nos fijamos en eso, lo único que buscábamos es que se hiciera justicia y así fue. El sistema funciona, es un poco lento y pesado para una persona normal que no está acostumbrado a esto, pero en general, podemos decir que estuvo bien”, comentó Benito Jiménez, esposo de Karla Saldaña, quien viajaba en ese auto blanco la madrugada del pasado 31 de marzo.

En contraste, la hermana de Villuendas Adame dijo que lo que le dolió fue la traición y la negación de la amistad. A la salida, la mujer que iba acompañada de su abogado, su pareja y otro familiar no quiso dar declaraciones.

“No quiero decir nada en este momento la verdad. Yo sé realmente que sucedió, que fue un accidente y que ni mi hermano ni yo deseamos esto, de verdad, a nadie le deseo pasar por todo esto”, externó.

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