Estampa inolvidable: la niña que baila bajo la lluvia en el balcón de su casa, en el quinto piso de un edificio en la Ciudad de México .
Quizás aburrida o cansada del encierro casero por el coronavirus, decidió salir al balcón con paraguas de su tamaño y acompañada de un adulto. Era posible verla a distancia estimada de 200 metros. Llovía .
A los padres no les gusta que sus hijos se mojen. Evidentemente, contó con autorización, licencia especial para compensarla por el largo tiempo en sus cuatro paredes.
Lluvia vespertina de primavera en la gran ciudad común, a veces hasta con granizo. Sobra tiempo para ver llover.
El cielo estaba nublado y el pronóstico del tiempo la había anticipado: la primera gota y luego muchos otras, aunque sin relámpagos ni rayos.
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Nadie en la calle. Desde la ventana se observa el entorno, en particular los edificios de enfrente y en uno de ellos la niña, de aproximadamente siete años, con su paraguas propio para su tamaño. Rostro sonriente, su boca abierta, como si cantara. Estaba feliz, caminaba de un extremo a otro del balcón, unos cuantos metros, sin que el adulto la descuidara, pendiente de la menor, de sus movimientos. Era ella, su paraguas y la lluvia, la imagen de Singin´ in the Rain .
Por su corta edad, lo más probable es que no sepa de la película de Gene Kelly entrenada en 1952, Cantando bajo la Lluvia , catalogada como el mejor musical del cine estadounidense.
Estampa para quedarse grabada en la mente, por las circunstancias, porque todos deben estar bajo techo y encerrados para enfrentar la pandemia. En tiempos normales, si es que se puede hablar de normalidad en el siglo XXI ante tanto sobresalto que sufre el mundo, es muy probable que no hubiera hecho lo mismo de pedir salir al balcón con su paraguas y contactar el fenómeno pluvial. El adulto en el marco del ventanal, pendiente de la pequeña.
La escena duró 10 minutos. La niña con su caminar de un extremo a otro del balcón, entretenida en un juego musical a la intemperie, cantando bajo la lluvia, así hasta que se retiraron. Ella se fue con una sonrisa en sus labios, por su encuentro directo con la naturaleza.
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Un juego o una travesura producto de su creatividad para romper con la monotonía de todos los días: los juegos de mesa, videos y las clases en línea... no poder salir a la calle.
Encontró lo diferente, se divirtió en el balcón, hizo recordar a Gene Kelly y su Singin´ in the Rain, le ganó una partida al maligno coronavirus , porque no pudo evitar que ella cantara y lo hiciera bajo la lluvia.
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