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La pugna que sostienen los grupos de narcomenudistas que operan en la Ciudad, así como el nulo castigo por la portación de armas de fuego, a decir de especialistas en seguridad, son los principales detonantes para que este primer cuatrimestre del año fuera el más violento del que se tenga registro en los últimos 20 años, en lo que a homicidios dolosos se refiere.

En ese lapso no se habían presentado cifras tan altas en el número de averiguaciones previas por homicidio doloso como las del primer cuatrimestre de 2018, con 382.

Las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública parten de 1997 y desde ese año a la fecha el dato más alto había sido el de 1999, con 309 carpetas de investigación entre enero y abril.

En las últimas dos décadas se tiene el registro de 5 mil 808 averiguaciones por homicidio. De éstas, en 3 mil 181 se reportó el uso de un arma de fuego; es decir, la mitad de estos asesinatos se cometieron de esta manera. Dicha tendencia no ha mostrado cambio desde 1997.

La situación se salió de control en 2016, cuando las ejecuciones empezaron a aumentar. La Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México detalla que ese año cerró con un total de 289 carpetas de investigación, con 300 víctimas, siendo marzo el mes más violento.

El fenómeno lo detonaron varios factores, como la pugna entre narcomenudistas por los territorios, el nulo castigo por la portación de armas de fuego y, sobre todo, la omisión y el desconocimiento de las autoridades de la capital del país para enfrentar al crimen organizado.

“Primero, los tomaron por sorpresa, las policías de la Ciudad estaban acostumbrados a combatir básicamente el robo y hacerle frente a uno que otro delincuente armado, pero no a enfrentarse con narcomenudistas ni a la violencia que todo eso genera.

“Luego, y quizá lo más importante, fue la negación sistemática de no reconocer que tenían un problema enfrente. Ahora se admite, se habla de estrategias diferentes, de operativos blindajes que están dando resultados”, explicó Claudia Odriozola, criminóloga de la UNAM.

A la par del reforzamiento que debe haber en los operativos en las delegaciones que concentran altos índices de violencia, el abogado Luis Hinojos explica que se deben combatir a los nacomenudistas.

“Se les debe cortar el flujo de droga, a estas alturas ya deben saber quién y cómo llega, con eso los mermas 70%, luego se les golpea en su estructura financiera y así se empiezan a debilitar; de lo contrario, si los dejan crecer, serán imparables”, comentó el también sociólogo por el ITAM.

Criticó que “aquí te agarran con una pistola y sales en dos horas, ese es un factor que no se está tomando en cuenta y nos afecta a todos, porque hablamos de homicidios dolosos donde no todos los eventos están relacionados con cárteles o narco, pero que impacta a la ciudadanía.

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