CDMX

Cine al aire libre en CDMX, un respiro en la pandemia

Tras meses de confinamiento, capitalinos asisten al autocinema; hay mucho control y seguimos las medidas sanitarias, dicen

Las actividades en el autocinema del Autódromo Hermanos Rodríguez, que habilitó el gobierno local, arrancaron el domingo pasado. Para ingresar, los autos atraviesan varios filtros de seguridad y uno sanitario. Fotos: BERENICE FREGOSO. EL UNIVERSAL
02/08/2020 |00:26
Redacción El Universal
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Toluca, Méx.— El uso recomendado del cubrebocas entre la población mexiquense —obligatorio en los municipios de Toluca y Tultepec—, para reducir el contagio del SARS-CoV2, trajo consigo nuevas complicaciones: la gente desconoce el material adecuado del que debe estar hecho y hasta la forma correcta de usarlo. Hay personas que reutilizan los desechables hasta cuatro veces.

Ingrid Ahumada es secretaria, vive en Toluca y trabaja en un despacho. Debido a que no suspendieron actividades, comenzó a comprar mascarillas desde marzo.

“Comencé comprando desechables que costaban entre ocho y 10 pesos la pieza, luego paquetes que pasaron de 50 pesos hace cinco meses a los 180 pesos actualmente. Pensamos que era algo pasajero”, explicó.

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La joven de 30 años de edad platicó que pasado el tiempo comenzó a buscar piezas de colores para combinarlos con su ropa.

En mayo solicitó unos por Facebook a una joven que los fabricaba en casa, pero “me lastimaban las orejas, se caían, cubrían la nariz o la boca. Hubo unos que me costaron 200 pesos en internet, traían un refuerzo adentro que para filtrar las partículas, era de tela de lona, me irritó la cara”.

Cine al aire libre en CDMX, un respiro en la pandemia

“Tengo unos de 500 pesos, los compré por internet; los bordados mazahuas que venden en la calle afuera de la clínica 220 del IMSS; los de algodón, con ambulantes”, comentó.

En pocos casos, la gente habla sobre la higiene que dan a la prenda. Algunos comerciantes ambulantes portan los desechables al menos tres días, “hasta que se acaban y vamos por otros”, expresó Juan, quien vende papas en la calle.

Por otro lado, para los comerciantes este producto se convirtió en una oportunidad de llevar ingresos a sus hogares.

Hay desde los que se dedican a hacerlos desde casa, hasta los que compran en la Central de Abasto por mayoreo para revender, esos tienen un mínimo de tela, admiten algunos vendedores, pero en todos los casos, coinciden: “Se nos venden como pan caliente”.

El doctor Fernando Villarreal, coordinador delegacional en el IMSS Poniente, dijo que la gente no sólo debe saber cómo colocarlo, sino qué materiales dañan la piel.

Afirmó que los de algodón son mejores y el usuario debe asegurarse de que el material retenga las gotitas de saliva y flujo nasal. Todos deben ser lavados constantemente.

El director del Centro Epidemiológico en el Edomex, Víctor Torres Meza, señaló que no sirve de nada llevarlo si no cubre nariz y boca completamente: “Tienen que colocarlo siempre mientras están fuera de su casa, que no haya fugas de saliva”.

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