El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) no sólo está presente en la zona Centro o en las alcaldías de Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y, recientemente, en Azcapotzalco. Comerciantes establecidos en colonias como San Rafael, Santa María La Ribera, en la Cuauhtémoc, o en la zona centro del sur, como Tlalpan, Coyoacán e incluso en los embarcaderos de Xochimilco, aseguran que son extorsionados a nombre de ese grupo delictivo.
La actividad —de momento— se ha concentrado en la Cuauhtémoc. Ahí locatarios de los mercados de San Rafael y Santa María, así como los de cafeterías, fondas y algunos restaurantes de renombre, aseguran que desde mediados del mes pasado jóvenes armados llegan a sus negocios, se identifican como integrantes del CJNG y les exigen “derecho de piso”, de lo contrario, advierten, quemarán o dañarán a quien sea.
La preocupación de los comerciantes afectados radica en que las autoridades minimizan a este grupo, por lo que desconfían de los encargados de impartir justicia y no denuncian. Hasta el momento, sólo dos han acudido a la fiscalía, el resto prefiere pagar por temor a represalias.
“La declaración del jefe de la policía no ayudó. Otra vez, como en la administración pasada, los minimizan y nos hacen creer que no existen.
“Cuando llegamos al Ministerio Público, el propio agente se burla de nosotros y nos dice que el jefe de la policía afirma que el cártel no está ahí. Nos revictimizan, pero más que eso nos hacen sentir inseguros y sospechamos entonces que si no son los de Jalisco, los propios policías o funcionarios son los que tienen ese negocio”, expuso bajo condición de anonimato un afectado.
Los pequeños empresarios narraron que a diferencia de otras ocasiones, cuando los presuntos delincuentes que se identificaban como de La Unión Tepito dejaban un papelito o una suerte de tarjeta de presentación, ahora quienes aseguran ser del CJNG llegan directamente, tocan la puerta, se sientan, piden algo de comer, y cuando el propietario llega a supervisar el lugar, lo abordan.
En algunos casos, los que cuentan con cámaras de vigilancia, han captado ese momento, por lo que las autoridades de investigación ya cuentan con algunas imágenes.
“Hasta descarados son. Antes de pedir la extorsión, comen o se toman algo y nos esperan, eso nos preocupa porque entonces saben quiénes somos.
“Están pidiendo de entre 10 y 20 mil pesos por local, algo que ahora y en tiempos de pandemia no podemos pagar (...) aunado a eso tenemos que lidiar con los funcionarios y supervisores de la delegación que también quieren su mordida”, puntualizó.
El mismo sistema de intimidación y amenaza se empieza a registrar en los puntos estratégicos de los comercios y la vida nocturna en las alcaldías del sur de la Ciudad. En el centro de Tlalpan, Coyoacán, en los embarcaderos de Xochimilco e incluso en los alrededores del Ajusco, supuestos integrantes del CJNG ya se hicieron presentes.
En esos puntos, sobre todo en Xochimilco, la actividad de los grupos preponderantes, como Los Rodolfos o El Cártel de Tláhuac, se han mermado luego de una serie de capturas de los principales líderes, lo que ha “beneficiado” al CJNG, que se ha instalado en esas zonas.
Cifras de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) revelan que en las alcaldías que fueron interrumpidas por los de Jalisco, los homicidios dolosos han mostrado un ligero repunte, pero más que eso, ocupa a las autoridades la extrema violencia con la que se han realizado esas muertes, como en el hecho más reciente en Azcapotzalco, donde acribillaron a 12 personas.
“Estamos frente a la alcaldía, uno de los lugares donde en teoría debería estar más vigilado y aun así llegan y nos dicen que ni nos preocupemos por llamar a los policías”, comentó un locatario de Coyoacán.