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Mediante cámaras de vigilancia, la Procuraduría capitalina le sigue la pista a por lo menos tres choferes que se alquilan como taxistas y ofrecen sus servicios a clientes “pasados de copas” para después, ya dentro de los vehículos, ofrecerles agua, drogarlos y robarlos; sin embargo, hasta el momento la dependencia investigadora no ha logrado establecer si los atracos son aislados o si alguien les avisa a qué clientes atender.
La investigación se extiende también a sitios de taxis ubicados cerca de plazas comerciales y zonas de restaurantes y antros en los alrededores de Polanco, el corredor Roma-Condesa e incluso, en la delegación Benito Juárez, sobre todo en la Glorieta de Vertiz, donde también se han registrado atracos similares y donde durante las últimas semanas aparecieron mujeres del clan de Las Goteras.
En este sentido, los agentes investigadores analizan también la posibilidad de que estos taxistas trabajen con Las Goteras.
Una línea de trabajo establece que usan dos modus operandi, la primera es que Las Goteras enganchen a las víctimas en el mismo bar y cuando piden transporte, les hablan a sus cómplices taxistas para que las lleven al departamento de la víctima.
Después que las mujeres hacen su trabajo, drogando y despojando a sus víctimas de todas sus pertenencias, los mismos conductores regresan por ellas y sirven para transportar todo lo robado.
La segunda es que estas mujeres, les “recomiendan” a sus clientes qué taxis o vehículos tomar y ahí aprovechan para robarlos.
Esto debido a que en las denuncias que tiene la Procuraduría capitalina han encontrado la misma droga en las víctimas, tanto de Las Goteras como de los taxistas, una sustancia que utilizan los médicos en gotas oftálmicas.