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Con su bolsa de mercado al hombro y sin ninguna protección visible, Bertha González de 65 años se dirige al mercado.
Al salir de su hogar, incrustado en un callejón de la alcaldía de Iztapalapa, la sorprende un food truck morado. Titubea al recibir la ayuda: una bolsa de despensa con 20 artículos, que le podrían durar dos semanas. “Está bien porque ahorita muchos necesitamos la ayuda, aunque sea poquito pero para que comamos tenemos”, agradece.
Bertha es tamalera y forma parte de los 15 millones de adultos de la tercera edad que viven en México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y que recibieron un duro golpe al perder su empleo informal por el virus del Covid-19.
Con su mirada distraída y un poco de timidez, comenta: “Yo trabajo: vendo y hago mis tamales; pero ahorita no estoy yendo porque no hay gente”, es por eso que la ayuda que recibe de la familia Moreno la agradece.
Todos los fines de semana Michel Moreno y su familia se estacionan cerca del mercado Portales; en la calle de Reforma y Libertad. Portando guantes, gorras y cubrebocas, que resguardan sus sonrisas, transforman su llamativo food truck de color morado en un centro de acopio de artículos de primera necesidad.
“Recopilamos artículos de despensa. Y los entregamos a quienes lo requieren: en sus casas, en las calles e incluso acuden al food truck” dice Michel Moreno quien preside la iniciativa.
Con más de 10 mil productos recaudados, Michel, de 30 años, y quince voluntarios más que trabajan con ella elaboran las despensas que donarán a adultos mayores de escasos recursos, como Bertha. “Son personas que van al día,se sustentan al salir a la calle y obtener un poco de dinero como los barrenderos, vendedores de dulces y comerciantes”, explicó.
Cuando comenzaron en marzo de este año sólo lograban recaudar por fin de semana lo equivalente a 10 despensas. A 13 fines de semana su capacidad creció diez veces más: logrando elaborar más de 100 despensas.
Don Silverio Flores es otro de los 500 rostros que esta iniciativa ha logrado cambiar. Trabajó toda su vida como comerciante y campesino y ahora lucha por mantenerse: “Con lo que trabajé antes me voy sosteniendo; está difícil, tengo tres hijas mujeres y un hombre, pero él no está. Hasta la fecha yo soy quien las sostengo”, expuso. Para el hombre de 86 años no hay trabajo, pero la responsabilidad de mantener a su familia continúa.
Al recibir la despensa comenta: “Con lo que traiga, con lo que hayan socorrido, todo es bueno. Pues hay mucha gente que sí lo necesita, sobre todo la gente grande, que ya no trabaja”
Michel creó la asociación civil sin fines de lucro Roca de Fortaleza hace 4 años, que tiene como objetivo ayudar a causas sociales: “En esta pandemia estamos apoyando a adultos mayores en un 90 por ciento y el otro 10 por ciento a personas con alguna discapacidad.”
“Tenemos un registro para saber edades, ocupaciones y con quién viven. En su mayoría son adultos mayores de 85 años: que viven solos, con alguna enfermedad o problema físico”, explica Michel.
A inicios del 2020 incluyeron a un ayudante más, la cocina rodante Somos Héroes Food Truck. Antes de la pandemia, las parrillas se encendían para preparar cada fin de semana comida mexicana. Cuando México entró en la cuarentena dejaron el mandil y se convirtieron en un centro de acopio.
A lo largo de tres meses Michel y su familia también se han beneficiado: “Como familia nos ha unido más. Tener los mismos propósitos, la misma misión y el mismo objetivo”.
Estos héroes de playera morada siguen los protocolos de salud: antes de armar las más de 150 despensas que entregan cada fin de semana en alcaldías como Iztapalapa, Xochimilco y Cuauhtémoc los alimentos no perecederos son sanitizados.
“Me he dado cuenta que si al mexicano le das evidencias y lo invitas a participar, de alguna forma, se solidariza y comparte” dice Michel.
El empleado bancario Miguel Martínez acudió con su esposa para apoyar con la entrega de despensas: “Trajimos pastas, arroz, frijoles y otros víveres” dice.
Para Michel los siguientes meses serán críticos. Aunque aplaude la solidaridad de la sociedad, teme que cuando todos regresen a sus actividades no puedan seguir ayudando o las donaciones se acaben.
“Después de una catástrofe la ayuda sube pero pronto empieza a bajar un poco. Los problemas económicos a raíz de esta crisis van a estar mucho tiempo presentes. Entonces mínimo este año, 2020, queremos que la gente se sume y sigamos dando despensas a los necesitados”, culmina.