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Desde enero pasado vecinos de la calle Tonalá y sus alrededores denunciaron la invasión de dos predios, aparentemente por la Asamblea de Barrios, donde se vende droga las 24 horas del día y aseguran sirve de guarida para los que roban a restaurantes y cafeterías.
Aseguran que junto con ellos llegó el incremento en el robo a transeúnte, de autopartes, carros sospechosos que invaden los lugares de los vecinos y el olor a mariguana. Por las noches, dicen, son dueños de las calles y nadie camina por ahí por temor a ser robados como ya ha sucedido; lo que les causa más enojo a los afectados es que aseguran que han observado que patrullas de la policía capitalina sólo pasan por la “cuota” y no los molestan.
La actitud de los moradores, acusan, es muy similar a los que por varios años tomaron una vivienda en Benjamin Hill y que derivó también en el incremento de la violencia y la venta de drogas; de hecho, los vecinos afectados presumen que son las mismas personas y que mantuvieron un bajo perfil después que destruyeron la propiedad, “simplemente se cambiaron a unas calles, pero siguen haciendo lo mismo”, denuncia una de las vecinas que ya fue asaltada por estos invasores.
La primer vivienda está sobre la calle Tonalá, casi esquina con Baja California, tiene dos plantas y antes que empezaran las actividades delictivas construyeron una barda para que no se viera nada al interior, cercaron con alambre de púas, taparon las ventanas de la segunda planta con madera y por las noches se observan movimientos de muchos vehículos.
La segunda está en la esquina de Bajío y Teocelo. En esta propiedad aseguran que se esconden las personas que durante los últimos meses han robado los restaurantes, los vecinos la han denunciado por las escandalosos fiestas que hacen cada viernes y aunque llega la policía, después de platicar con ellos, se retiran y le piden a los vecinos mejor “no molestarlos”.
Los vecinos dieron a conocer también que las autoridades de la procuraduría capitalina y delegacionales ya tienen conocimiento de todo lo que sucede ahí, pues en las juntas vecinales y de seguridad lo han hecho público, pero aún así no han tomado cartas en el asunto, por lo que exigen una pronta intervención en dichas casas.