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En medio de dos sesiones, sin una clausura solemne con la banda de guerra de la Policía Auxiliar, y con la mancha de una posible sanción por no haber acatado en tiempo el mandato de un juez de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México para desahogar la ratificación de dos ex magistrados, es como ayer simplemente se extinguió la séptima y última Asamblea Legislativa.
Aunque las funciones de los asambleístas concluyen hasta el último minuto de este domingo, ayer su trabajo parlamentario en pleno terminó.
La despedida fue histórica y no precisamente porque los diputados emanaran un ambiente de dicha o satisfacción por concluir su agenda legis-lativa de tres años, sino porque desde la tarde de este jueves se empezó a sentir la presencia mayoritaria de Morena en Donceles y Allende.
Fueron las dos horas más rápidas de los asambleístas, todo indicaba que sí realizarían su último periodo extraordinario, pero no imaginaron que en la última votación que emitirían desde su llegada en 2015, esta vez para ratificar a la magistrada María Isabel Espino del Castillo Barrón, se dejara ver que ni todos los perredistas, ni todos los priístas comulgaban con su fracción parlamentaria.
Por lo menos así lo patentizaron los diputados José Manuel Ballesteros y Elena Segura, ambos del PRD ya por muchos años, quienes votaron a favor de la magistrada cuando su vicecoordinador parlamentario, Raúl Flores, presentó una propuesta de modificación al dictamen, de que la magistrada no debía ser ratificada en el cargo porque no cubría con los estándares de calidad para impartir justicia.
En el caso del PRI, los diputados dejaron solo a su coordinador, Israel Betanzos, pues cuatro de sus integrantes prefirieron abstenerse de votar, y tal pareciera que José Encarnación Alfaro Cázares diera la estocada final al pronunciarse a favor de Espino.
Quien bajo la bandera del respeto a los derechos humanos también votó a favor fue Luciano Jimeno Huanosta, diputado del Partido Humanista, también extinto.
Ni qué decir de la votación que no fue suficiente para ratificar a Francisco Javier Barba Lozano, también como magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa. Seguramente esto provocó que la develación de una placa afuera del recinto desluciera. Los aplausos fueron mínimos y los abrazos amistosos también.
Mientras todo esto ocurría en el recinto, enfrente, en la Sala de Prensa, los nuevos congresistas de Morena advertían al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que no hay elementos jurídicos de fondo para quitarles tres diputaciones.
En este último día, los asambleístas aprovecharon la tribuna, a manera de despedida, para exponer un recuento de lo logrado en tres años e incluso tocar temas polémicos.
“Están equivocados quienes afirman que esta Legislatura no aportó temas importantes para la ciudad. Dejamos, en primera instancia, las leyes reglamentarias, las leyes secundarias de la Constitución Política de la Ciudad de México (...). A pesar de los disensos, pudimos llegar a consensos importantes. La Ley de Transparencia es uno de ellos, y lo digo con toda claridad, la Ley de Transparencia es vanguardia, comparativamente con otras leyes de otras entidades federativas”, aseguró Leonel Luna, presidente de la Comisión de Gobierno.
De nueva cuenta se abordó el tema de la reconstrucción de la Ciudad y el líder perredista no quiso dejar pasar este comentario: “Nos correspondió elaborar una Ley de Reconstrucción, que puede ser muy discutida pero toda ley es perfectible y espero que el próximo Congreso la perfeccione”.
El PAN reiteró que seguirá fungiendo como oposición responsable, y dijo que acompañará a la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum, en las decisiones que abonen a la vida democrática, a la separación de poderes y la autonomía de las alcaldías.
A nombre de Morena, José Alfonso Suárez del Real se tomó su tiempo para reconocer a los trabajadores administrativos, a la edecanía (que posiblemente ya no estarán en ese cargo en el Primer Congreso local por el tema de austeridad) y a todas las áreas que conforman este órgano legislativo.
Dijo que es momento de la reconciliación, desde el nivel nacional hasta el último de los niveles.
