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“Compañeros, se les pide amablemente que salgan de sus oficinas y vengan aquí al pleno”, así es como la Mesa Directiva de la Asamblea Legislativa, a cargo del perredista Iván Texta, intentaba concentrar el mínimo de asambleístas para desahogar dos únicos puntos —ratificaciones de magistrados— en Periodo Extraordinario y así evitar el desacato a una orden judicial.

Es la recta final de la última Asamblea Legislativa de la Ciudad de México y los diputados del PRD y Morena siguen midiendo fuerzas para efectuar un último extraordinario.

Desde hace dos semanas los asambleístas han pasado por un verdadero viacrucis para poder concretarlo. Ayer caras largas, rostros desencajados por coraje o preocupación eran evidentes sin importar el partido.

La fecha límite para dar trámite a las ratificaciones es el 16 de septiembre, un día después del grito de independencia y uno antes de que entre en funciones el primer Congreso local.

Todo estaba acordado, planchado, para que la sesión se llevara a cabo y se ratificara a María Isabel Espino del Castillo Barrón como magistrada del Tribunal de Justicia Administrativa.

Tres diputados locales de Morena estuvieron presentes desde que inició la Diputación Permanente que esta vez se llevó a cabo en martes y no en miércoles, como se acostumbra, para dar entrada a diputados suplentes.

Desde las 9:55 de la mañana se escuchó el tradicional timbre de llamado para los diputados locales, hubo pase de lista y la asistencia fue mayúscula. Días atrás fueron canceladas cinco sesiones de la permanente por falta de quórum.

Doce asambleístas estaban listos para tomar protesta a los suplentes de Mauricio Toledo, Cynthia López Castro, Adrián Rubalcava y de Flor Ivone Morales, quienes con excepción de Rubalcava, despachan desde San Lázaro.

Todo marchaba bien, aunque se respiraba un ambiente de incertidumbre pues, de último momento, la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, a cargo de Israel Betanzos, tenía planeado sacar otro dictamen también de un magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa, Francisco Javier Barba Lozano, señalado por usos de suelo indebidos.

No pasó media hora cuando todo dio un giro de 180 grados.

Revientan sesión. Mientras el diputado del PRI, José Encarnación Alfado Cázares, aprovechaba el tiempo para tomarse unas cuantas fotografías con su equipo de trabajo, algunas diputadas del PRD platicaban de asuntos personales y otras, como Elizabeth Mateos, se mantenían sentaditas en su curul, sin hablar con alguien, y Morena ya daba indicios de que no estaba de acuerdo.

El perredista Leonel Luna, el priísta Israel Betanzos y el morenista José Alfonso Suárez del Real salieron del pleno para negociar. Luego llamaron a Raúl Flores.

Minutos después ingresó el próximo Secretario de Cultura con el rostro desencajado y con su bastón en vilo, preguntando “¿Dónde está Joel? ¿Dónde está Joel?”, su asesor.

Después de esa reunión ya no se supo más de Suárez del Real ni tampoco de sus compañeros, pues en el pase de lista para iniciar el extraordinario ninguno de ellos estaba presente.

Trascendió que los morenistas se marcharon porque otros diputados querían meter una reserva para echar abajo la ratificación de Espino del Castillo cuando la votación iría a favor.

Había 30 asambleístas, ninguno de Morena, situación que no ayudó para desahogar lo que en principio sería sólo un tema y que era la ratificación o no de la magistrada.

Tampoco se pudo dar trámite al dictamen para ratificar a Francisco Javier Barba Lozano, a pesar de que en la Comisión de Administración y Justicia sí estuvo la mayoría de los diputados, incluso ahí también estaba la morenista Beatriz Olivares, pero después se marchó.

Betanzos aseguró una y una vez que lo de Barba Lozano no se trataba de un dictamen “a bote pronto”, pues la notificación apenas llegó el viernes.

Lo cierto es que el no poder realizar este extraordinario puso en jaque a los perredistas y priístas.

Sin reacciones. Los de Acción Nacional sí acudieron, pero en ningún momento se acercaron para hablar sobre esta situación: no estaba su coordinador parlamentario Jorge Romero, quien ya se encuentra en la Cámara de Diputados. Sólo eran espectadores.

Es más, el diputado José Manuel Delgadillo prefirió retirarse del pleno porque tenía asuntos laborales que atender y no precisamente relacionados con su agenda parlamentaria.

Quienes sí llegaron, pero quizá en un mal momento, fueron los próximos congresistas del PRD, Jorge Gaviño y Víctor Hugo Lobo.

Saludaron, bromearon un poco y se marcharon.

También llegaron algunos damnificados, pero para irrumpir en el Salón de Plenos y recriminar que no han hecho nada por ellos.

De inmediato, Luna Estrada convocó a una conferencia de prensa donde los que dieron la cara fueron el aliancista Juan Gabriel Corchado y el vicecoordinador de la bancada del PRD, Raúl Flores, para hablar del tema.

Los legisladores locales advirtieron que se agotarán todos los instrumentos legales para poder realizar el extraordinario y sacar adelante la determinación del juez, pues lo que está en juego es evitar caer en desacato y que implica castigo hasta con cárcel.

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