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La familia de Mauricio, un menor de cinco años de edad, espera la época invernal para visitar el Valle del Tezontle, un parque ecológico que está a 45 minutos de camino hacia la cima del cerro del Ajusco. En este lugar no hay señal de celular ni transporte público; sólo comercios que venden café caliente.
Este lunes los pobladores de Santo Tomás Ajusco, en Tlalpan, durmieron a menos cuatro grados centígrados. Por la mañana, alrededor de las 5:00 horas, los árboles de la carretera tenían las hojas escarchadas. El aguanieve, duró todo el día porque la temperatura no rebasó los ocho grados; aún con los rayos del sol.
Desde muy temprano, las familias que viven cerca de el conjunto de parques ecológicos suben a sus autos para dirigirse hacia el Valle de Tezontle, jugar con el hielo o quitárselo a las hojas de los árboles; como Mauricio y sus papás, quienes rompieron el hielo de los árboles y caminaron por el valle.
Los pobladores del Ajusco aseguran que hasta este punto llegan turistas para ver “la nieve”, pero si no conocen la zona pueden perderse. “Cuando tocas un árbol y le quitas la nieve se vuelve a congelar. Por eso, cuando las personas quieren dejar un rastro con huellas, se pierden, porque no saben”, explicó la señora María Luisa, vendedora de la zona.
La única manera de subir hacia donde se ve el cerro pintado de blanco es caminar por un lado de la carretera o tomar un taxi, que en esta época cobra hasta 200 pesos. “Más arriba, hacia el cerro, la policía ya no deja subir porque la gente se pierde; para nosotros es bueno que haya aguanieve porque nos trae clientes”, dice Miguel, taxista de la zona.
Una vez arriba, en el Valle del Tezontle, los pobladores toman fotos entre las ramas de los pinos; y los niños llevan vasos de plástico para llenarlos de hielo y después arrojarlos a sus familiares.
En este punto, los visitantes suelen pasar aproximadamente una hora, porque el momento en que disminuirá la temperatura es impredecible.
“Tal vez estos días vuelva a caer aguanieve o nieve; que es la que dura más. Ahorita pues es por el frío, pero en diciembre es cuando se puede ver más esto”, comenta el papá de Mauricio.