diana.fuentes@eluniversal.com.mx
De último momento, la bancada del PRI en la Asamblea Legis-lativa determinó que hoy en la sesión de la Comisión Especial Jurisdiccional asista Mariana Moguel Robles y no Israel Betanzos para desahogar el análisis sobre la destitución del jefe delegacional en Tláhuac, Rigoberto Salgado.
En entrevista, la diputada priísta dio a conocer que este día pondrá a disposición de los integrantes de la comisión un expediente con denuncias vecinales de Tláhuac que el delegado morenista no atendió desde hace más de un año.
De la misma manera, como lo aseguró en la comparecencia del delegado, Moguel Robles dijo que desde febrero —y en tribuna— señaló con datos y cifras la inseguridad en la demarcación.
“Era la voz de todos los ciudadanos que se acercaron al módulo del diputado e incluso le entregaron 30 oficios haciéndole llamados de atención en los que reflejaban que Tláhuac estaba viviendo una situación que urgía poner atención y no se tomó en cuenta”, externó la legisladora tricolor.
Lamentó que después del escándalo y de su presencia ante diputados del órgano legislativo local, Salgado Vázquez la recibiera hace unos días en compañía de vecinos.
“Nadie tiene que olvidar que un verdadero jefe delegacional es aquél que camina las calles, escucha las voces, que de ninguna manera subestima una denuncia, aunque no tenga que ser por oficio”, manifestó Moguel Robles.
Refirió que pondrá a disposición de los otros cinco asambleístas que integran la jurisdiccional casi 400 páginas de denuncias recabadas desde hace un año seis meses, tiempo en que los vecinos de Tláhuac alertaron sobre la delincuencia.
Dentro de las denuncias está el hecho de que frente la omisión de Rigoberto Salgado, un grupo de mujeres de la colonia San José se vio obligado a comprar silbatos con su propio dinero para hacer frente a la delincuencia ya que se había registrado un intento de secuestro de una joven.
La diputada del Revolucionario Institucional dijo que hay familias destrozadas, con muertos y jóvenes desaparecidos, pero lo más preocupante es que en Tláhuac hay miedo de que no haya justicia.