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Luego de ser sedado por un conductor de Uber, un joven de 33 años fue golpeado, asaltado y secuestrado cuando inició un viaje en la colonia Condesa; seis horas después despertó en Tultitlán, Estado de México.

El afectado de nombre Andrés, relató que sólo recuerda algunos detalles del sábado por la madrugada cuando esto ocurrió; dijo que pidió el servicio de transporte privado afuera de un bar en la calle Nuevo León y el chofer “se acercó al punto donde yo lo pedí, me reconoció por mi foto y ya sabía a dónde iba”.

Al subir el conductor le ofreció agua embotellada que bebió e inmediatamente perdió el conocimiento. “Alrededor de las 10:30 del sábado pude recobrar algo de consciencia, estaba en Tultitlán”, cuenta.

Su novio, con quien pudo comunicarse cuando una persona le prestó su celular para hacer una videollamada, lo encontró desorientado, con golpes en la cara, cuerpo, y una fractura en la mano izquierda.

Además, le habían robado su cartera, identificaciones, reloj, llaves, y tarjetas bancarias, con las que después los asaltantes hicieron pagos de 40 mil pesos en supermercados y retiros en cajeros.

En el hospital Español, en donde fue atendido, le hicieron un examen toxicológico que arrojó que tenía cuatro sustancias en la sangre.

Uber fija posición. Uber comunicó que de acuerdo a su información, “el usuario no abordó el vehículo solicitado a través de la app en el día y hora señalados” y confirmó que se han contactado con el afectado para recopilar información y prevé que posteriormente activen de nuevo su cuenta.

Luego de ser atendido en dos hospitales y operado de la mano izquierda para colocarle dos tornillos, Andrés inició una queja contra la aplicación de trasporte privado.

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