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A poco más de 16 meses de realizar obras en el sitio, la delegación Cuajimalpa abrió a la circulación el túnel vehicular Las Palmas-Echánove, con el cual se buscará reducir de 30 a 5 minutos el tiempo para que los automovilistas crucen esta zona conflictiva, sobre todo para quienes buscan llegar a la carretera México-Toluca o la zona de oficinas de Santa Fe.

El objetivo del deprimido es reducir los conflictos viales en la intersección de Julián Adame y Constituyente Echánove, pues se trata de uno de los puntos más problemáticos de la demarcación debido a que concurrían vehículos provenientes de colonias como Vista Hermosa, Navidad, San José de los Cedros, El Molino, San Pedro Cuajimalpa, el Yaqui, y la población flotante del Estado de México.

El túnel fue abierto desde el primer minuto de ayer, indicó el jefe delegacional, el priísta Miguel Ángel Salazar, y consta de un solo carril debido a las características de la zona, pues no se podía extender más la ruta para no afectar la estabilidad de las construcciones contiguas.

La construcción del túnel Las Palmas-Echánove tuvo una inversión de 60 millones de pesos.

La demarcación precisó que esta obra se construyó en dos etapas. La primera tuvo una inversión pública de 29 millones de pesos con recursos federales.

La segunda fase —la cual tuvo 31 millones de pesos— se hizo mediante gestiones del delegado, de extracción priísta, para que por primera vez los pagos que hacen los desarrolladores inmobiliarios por el impacto urbano de sus obras se aplicaran en la delegación Cuajimalpa

Dicho pago se fundamenta en la Ley de Desarrollo Urbano, artículo 64, fracción III, inciso b.

Trabajos. Con la segunda etapa se logró ampliar la obra desde Echánove y un poco más adelante del cruce con calle Las Palmas; la longitud total del paso a desnivel es de 350 metros.

Las obras comenzaron en septiembre de 2016, con la realización de cierres viales y demolición de pavimento, como reportara este diario en aquel entonces, por lo que tomó poco más de 16 meses concluir el paso a desnivel en la zona.

El deprimido está equipado con un cárcamo para extraer los escurrimientos por lluvia y así evitar las inundaciones en este tramo subterráneo; además, cuenta con iluminación led en todo el túnel, colocación de veletas reflejantes y señalizaciones viales, y una bahía de emergencia en caso de que algún vehículo tenga una descompostura.

Miguel Ángel Salazar Martínez precisó que por ahora la circulación de la calle Julián Adame “está en manos de [personal de] ingeniería vial, que recomendó observar este mes el comportamiento de las vialidades para tomar decisiones”.

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