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La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) rastrea el vehículo Volvo XC-90 con placas 721-YGY, en el que se encontró el cuerpo de una mujer que presentaba visibles huellas de tortura, en hechos ocurridos en la colonia Campestre Aragón de la delegación Gustavo A. Madero.
La mujer hasta el momento no ha sido identificada por las autoridades ni se han acercado al Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO) a reclamar el cuerpo; sin embargo, dos tatuajes que la víctima tiene pueden ser la clave para esclarecer el probable feminicidio.
Según lo asentado en la carpeta de investigación de la procuraduría capitalina, la mujer, de entre 45 y 50 años, es de complexión delgada, de tez blanca y estatura de 1.60 metros, presentó por lo menos 12 heridas causadas posiblemente con un cuchillo de cocina.
Como señas particulares tiene dos tatuajes; el primero es una Santa Muerte grabada a la altura de la costilla derecha, el segundo, en la cadera, es una suerte de robot que tiene en su alrededor “Ronaldo”.
Saña. Según el peritaje inicial que practicó la procuraduría capitalina, la mujer murió a consecuencia de un golpe en la cabeza, presentó además —como huellas de violencia— las heridas en pecho, piernas y abdomen,
Peritos ahora analizan rastros encontrados en sus uñas, pues aparentemente se defendió del o los agresores.
El cuerpo estaba dentro de una bolsa de plástico junto a la camioneta. La propietaria fue la que encontró el bulto cuando iba a subir a su vehículo.
Al momento de su hallazgo la víctima vestía ropa deportiva y no tenía zapatos, por lo que los agentes investigadoras no descartan que el homicidio tenga tintes pasionales, además, cuentan con las características de ser un feminicidio.
Se cree incluso que la mujer convivió con su agresor antes que éste la matara; el vehículo tiene placas del Estado de México, por lo que al activarse el protocolo de feminicidio, se solicitó la colaboración de la fiscalía mexiquense, en específico en los municipios de Nezahualcóyotl y Ecatepec, de donde se cree puede ser originaria la víctima.