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La reconstrucción a fondo perdido no es una opción viable para el Gobierno capitalino debido a que no hay suficiencia presupuestaria para beneficiar con este esquema a los miles de damnificados que dejó el sismo del 19 de septiembre de 2017.

Ricardo Becerra, ex titular de la Comisión para la Reconstrucción, y Carlos Flores, coordinador general de la comisión, afirmaron que este proceso es tarea de todos, en el que el Gobierno debe apoyar económicamente a la ciudadanía, pero también los afectados deben poner de su parte para recuperar su patrimonio.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Becerra Laguna afirmó que durante su gestión, que duró poco más de tres meses, se calculó que 108 mil capitalinos fueron afectados.

Sus características socioeconómicas son diversas; sin embargo, destaca que 50% son adultos mayores; 66% son mujeres y madres solteras. El 48% percibe entre 2 mil 651 y 7 mil 952 pesos mensuales, hecho que dificulta la posibilidad de costear créditos para una vivienda.

“Es importante señalar que este sismo se ensañó especialmente con las personas de la tercera edad, y con las mujeres. Eso imprime un tinte dramático, pero también una imposibilidad real de una recuperación de esfuerzo propio del patrimonio. Esta reconstrucción tiene que ser ágil y flexible”, afirmó el ex comisionado Ricardo Becerra.

“El Estado y el gobierno no tiene recursos suficientes para pagarlo todo, y valdría la pena hacernos responsables de una medida en la que cada quien pueda recuperar su patrimonio en función de su propia condición socio económica”, insistió Carlos Flores.

Ambos reiteraron la necesidad de realizar un censo único que arroje resultados claros del desastre, y datos específicos sobre la vulnerabilidad de la ciudadanía.

Ayer por la tarde, Ricardo Becerra y Carlos Flores presentaron su libro Aquí volverá a temblar, el cual recoge testimonios y experiencias ocurridas después del temblor del 19 de septiembre de 2017.

En el libro destaca que hasta junio de 2018 había 800 viviendas en condominios y unifamiliares en riesgo alto, es decir, requieren rehabilitarse para ser ocupados; 518 en riesgo medio, y 2 mil 6 en riesgo bajo.

Por otra parte, había 14 mil 812 evaluaciones post sísmicas (valoraciones no oficiales) que aún no contaban con dictámenes definitivos.

El ex comisionado Becerra dijo que la reconstrucción es un proceso que durará entre seis y ocho años.

Entre sus propuestas está crear una cultura del aseguramiento de la vivienda, donde el ciudadano pague un costo extra en el predial con el que se conforme una bolsa destinada, transparentemente, a cada uno de los habitantes que sufran por algún evento devastador.

“Uno de los grandes retos que tiene el proceso de reconstrucción de la Ciudad de México es que se entienda que debe estar arriba de los partidos, de los colores, de modo que los recursos para los fines de reconstrucción sean homogéneos”, dijo.

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