Desde hace más de un mes comenzaron a llegar las primeras amenazas en contra del titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, quien ayer fue víctima de un atentado. Nos dicen que desde antes, criminales mandaron mensajeros para que don Omar se sentara a negociar con los jefes de las mafias organizadas que luchan por adueñarse de las calles de la capital con mensajes a quien despacha en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y la respuesta fue un tajante “¡No!”, y que todos aquellos que fueron detenidos serían procesados con total respeto y apego a la ley, porque esta administración no se prestaría a sucias negociaciones, nos aseguran.
Tal parece que le metieron un gol a la mandataria capitalina, Claudia Sheinbaum Pardo, en su proyecto de corredores urbanos, pues nos dicen que no tenía conocimiento de la modificación que se hizo en el Programa Especial de Regeneración Urbana y Vivienda Incluyente en el que “casualmente” le bajaron el número de departamentos a bajo costo que las desarrolladoras inmobiliarias deben incluir en todos sus proyectos en estas áreas. Tan fuera de lugar la tomaron que no supo qué decir cuando se le cuestionó al respecto. No cabe duda que en el Gobierno capitalino hay quienes buscan sacar provecho de las contingencias.
Ante el regreso a la nueva normalidad y el cambio del semáforo de rojo a naranja en la capital del país, en algunos sectores también se prendieron las luces ámbar. Uno de ellos es en el Sindicato Único de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior (SUTIEMS) de la Ciudad de México, cuya secretaria general, Shirley Florencia de la Campa, manifestó su preocupación por la subestimación de los casos de Covid-19, por lo que considera que el regreso a clases presenciales en sus planteles en la capital debe ser con el cambio al semáforo en verde, además de garantizar condiciones óptimas sanitarias para los maestros y el personal administrativo que labora en los colegios, porque de lo contrario, se pondría en riesgo la salud de toda la plantilla de trabajadores y, por supuesto, también la de los alumnos.