david.fuentes@eluniversal.com.mx
El cateo de dos domicilios en la delegación Cuauhtémoc, uno más en la colonia Lindavista, de la Gustavo A. Madero, y el resguardo de un automóvil que aparentemente participó en el evento, no han sido suficientes para ubicar a los responsables de asesinar y arrojar restos humanos —a principios de mes— sobre la avenida Insurgentes.
Los agentes de investigación de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) trabajan a marchas forzadas para encontrar indicios que deriven en la captura de los responsables del hecho.
En este sentido, confían en que el vehículo Camaro que se encontró en las inmediaciones de la Gustavo A. Madero, pueda ser clave para la indagatoria.
Según la investigación de peritos, éste vehículo fue captado en las cámaras de seguridad del C5 de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSPCDMX) instantes después que los restos fueran dejados en el punto antes mencionado.
En esa misma secuencia también se observa un Mercedes Benz blanco y un camión tipo torton: los avances apuntan a que en el auto de lujo viajaban los líderes de La Unión Tepito, de Roberto Moyado, El Betito, quienes aparentemente supervisaban “el trabajo” de los sicarios.
Mientras que del camión pesado, los agentes aseguran que de ahí se arrojaron los cadáveres ya desmembrados y que esto les tomó apenas minuto y medio, ya que solamente abrieron la portezuela trasera, y mientras circulaban, lanzaron los restos humanos.
El análisis que los peritos han hecho de las imágenes que se tienen del evento revelan que todo el proceso les tomó aproximadamente media hora, pues los dos vehículos ya identificados, dieron varias vueltas por el lugar previo al evento.
Incluso, los tripulantes del auto Camaro —el cual ya está en poder de las autoridades— fueron quienes aparentemente ubicaron el puente donde se encontró la manta con el mensaje intimidatorio, que reveló la pugna entre el grupo criminal de El Betito y los autodenominados Fuerza Anti-Unión de El Tortas.
Guerra. Los peritos se han concentrado en este vehículo, del cual han obtenido huellas dactilares que ya son analizadas y el nombre del propietario, quienes, en primera instancia, declaró a las autoridades que tiene apenas un mes con el auto y desconoce los hechos.
Sobre este crimen, la procuraduría local estableció que es consecuencia de una guerra que sostienen el grupo de Roberto Moyado Esparza El Betito, y Sergio Flores Concha El Tortas, líder del grupo Fuerza Anti-Unión, por la venta de drogas al menudeo en la Plaza Garibaldi.
Esta batalla ha dejado a 15 personas sin vida sólo en ese sector durante los primeros cinco meses del año, además de seis personas descuartizadas, lo que obligó a las autoridades a reforzar la seguridad en toda la Ciudad implementando el operativo Blindaje CDMX, que al momento ha dado como resultado detenciones menores.
Por lo que de los responsables materiales e intelectuales del doble homicidio de la avenida Insurgentes y Nonoalco, hasta el momento no se tiene una idea de su paradero.