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Cuautitlán, Méx.— Por la pandemia de Covid-19 se cancelaron las peregrinaciones a El Cerrito, santuario erigido sobre la casa de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, indígena chichimeca que fue canonizado este siglo, al que sólo visitaron en su día fieles aislados, pues aún hay riesgo de contagios, señaló el párroco Marco Antonio Rodríguez.
Antes de la alerta sanitaria, se concentraban en El Cerrito más de 150 mil personas en peregrinaciones que llegaban de Zumpango, Cuautitlán Izcalli, Teoloyucan, Nextlalpan y Jaltenco, incluso de otros estados como Querétaro, que cruzaban por aquí para llegar al Tepeyac, indicó el párroco rector de este santuario que se ubica en la zona limítrofe entre los municipios de Cuautitlán y Cuautitlán Izcalli.
Este año, por segunda ocasión, “desactivamos las peregrinaciones” para evitar brotes de Covid-19, además, los fieles pueden visitar el recinto sagrado entre semana y en días que no son festivos, pues el Santuario de San Juan Diego está abierto para visitas ais- ladas y de pequeños grupos, indicó el sacerdote.
“No es momento aún de venir en peregrinaciones, en grandes concentraciones por el riesgo de contagios”, reiteró Marco Antonio Rodríguez, quien en días previos hizo un llamado a diversas agrupaciones para que no acudieran de forma masiva.
No obstante, no faltaron los mariachis como el femenil Flor de México de Zumpango, cuyos miembros acudieron a cantar Las mañanitas al indígena chichimeca, que fue beatificado en 2002 por el papa Juan Pablo II.
Además de algunas misas en el nuevo santuario, cuyas puertas permanecen abiertas con toma de temperatura, uso de gel antibacterial y lugares reservados para respetar la sana distancia.
El Cerrito es un sitio histórico catalogado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pues aquí permanecen vestigios de la casa prehispánica de Juan Diego y de su tío Juan Bernardino, que tienen más de 500 años de antigüedad.
La casa, que en realidad son dos, la de Juan Diego y la de su tío Juan Bernardino, habría sido construida hacia 1470, donde hoy es un museo de sitio ubicado en el subsuelo del primer Santuario a Juan Diego, erigido en 1800, de donde además emana un manantial de agua cristalina.