Toluca, Méx.— En nueve años, uno de cuatro cadáveres localizados, pero no reconocidos en el Estado de México han sido identificados por personal de la Coordinación General de Servicios Periciales de la Fiscalía General de Justicia estatal. Esto debido a que desde hace dos años se implementó un programa para exhumaciones controladas.
Cuauhtémoc Sariñana, titular de la coordinación, apuntó que con este programa lograron dar con la identidad de mil 172 cadáveres a través de su huella dactilar, reconocimiento físico o de los dientes, de los 4 mil 172 expedientes de personas no identificadas que tienen desde 2010 y hasta 2019. Quedan pendientes 3 mil.
En la entidad, en 2019 se reportaron más de 2 mil 300 homicidios dolosos, lo que la coloca en el tercer sitio donde más se comete este delito a nivel nacional.
Lo anterior, reconoció Sariñana, implica una “tarea titánica”, por lo que todo el personal trabaja sin descanso.
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En un cuarto de apenas tres por cuatro metros, que comparten los peritos de 35 especialidades, es posible encontrar desde un antropólogo forense con un cráneo en la mano y en su mesa blanca un fémur que examina para dar con la identidad de una persona, hasta un escritorio con computadoras en las que miden en 3D el predio donde fue localizado un cadáver.
En la entidad hay 42 consultorios, 24 anfiteatros, 14 de ellos concentradores, por ejemplo, en Tlalnepantla hay refrigeradores donde caben 20 cadáveres. Todos los cuerpos serán sometidos al escrutinio de los especialistas que analizarán cada cicatriz hasta dar con la identidad del fallecido y entregarlo a quienes lo buscan.
El personal dedica cada día a identificar los restos de gente, que bien puede ser una mujer descuartizada y abandonada en una barranca, el cadáver de un hombre atropellado o una persona baleada.
“Somos 17 millones de habitantes, más la gente que llega de otros estados, más todos los casos que ocurren en esta entidad, la más poblada, por ello la necesidad de conformar una base de datos que podamos compartir con otras entidades”, expuso el coordinador.
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Lo que pasa ahí dista mucho de lo que se observa en series televisivas de crímenes, no hay pizarrón de láser ni enormes laboratorios, pero aún así en la Coordinación General de Servicios Periciales, un especialista en odontología forense fue solicitado en Guatemala para apoyar en la identificación de cuerpos cuando hizo erupción el volcán.
Los equipos que tiene la fiscalía poseen tecnología al servicio de personal especializado que a diario acude al campo y a las oficinas localizadas en el edificio central de la institución, en la entrada de Toluca.
“El objetivo de la coordinación es resolver con los recursos que existen, si bien nunca van a ser suficientes, todo va dirigido desde hace tres años a ser eficientes”, enfatizó Cuauhtémoc Sariñana.
La coordinación incluso implementó esta metodología que podría ser replicada a nivel nacional, gracias a la cantidad de controles con los que cuenta y que permiten gran eficacia para dar con la identidad de la gente, detalló el funcionario.
Entre especialistas analizan en una pantalla las dimensiones de un predio donde fue localizado un cadáver y gracias a este estudio se sabrá si ahí fue asesinado.
Si del cuerpo sólo llega un miembro o un fragmento o no es identificable a la vista, entonces intervienen más especialistas.
A la fecha, hay aproximadamente 700 peritos, de los cuales 250 fueron contratados recientemente. Es gente especializada, a quienes se les exige un título profesional, pero hay trabajadores con más de 20 años de experiencia.
Son 35 especialidades, entre ellas, antropología, grafoscopía, odontología, y destaca personal como un médico legista con hasta nueve años de estudio.
Hay especialistas en lofoscopia, que es la ciencia que estudia las huellas dactilares y las huellas de toda la mano, y especialistas en químicos y toxicología.
También hay expertos en revisar documentos cuestionados, que revisan billetes falsos o contratos, y profesionales de la topografía, de ingeniería civil, en densidad y mecánica de suelos.
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“La coordinación tiene una gran cantidad de personas con diversas raíces, edades y estudios”, variedad que enriquece los dictámenes, apuntó Sariñana.
Cada asunto o caso de muerte define cuáles son las especialidades necesarias para intervenir: “Por ejemplo, no es lo mismo encontrar [un cadáver] en la zona de Tejupilco, que por el calor estará más degradado, que en el Valle de México, la causa de muerte que no es igual si se trata de un calcinado, si fue por una bala y las características de la persona, si es de complexión obesa o delgada”.
Otros aspectos que influyen en la identificación son las condiciones climáticas, de tierra, si hay fauna nociva, “todo eso complica la situación, determinar ese tipo de factores cuando hablamos de identificación humana nos ha permitido acelerar los procesos”, explicó.