Otumba, Méx.— Campeón no ganó la carrera y su dueño lo castigó, lo dejó en el sitio donde se realizó la competencia y no volvió jamás por él. La idea era que ese 1 de mayo, cuando se celebraba la mayor festividad de Otumba, Campeón obtuviera el triunfo y cobrara el premio que otorgan los organizadores.

Pero no fue así. Otro asno se alzó con la victoria y Campeón no regresó a su hogar, fue abandonado en el “burródromo”, lugar creado por las autoridades de la Feria del Burro para conmemorar el Día del Trabajo.

Burrolandia, el amor por la preservación
Burrolandia, el amor por la preservación

Él se unió a decenas de borricos que han llegado a ese sitio, que nació en 2016, donde estos animales son alimentados, reciben atención veterinaria y todos los cuidados necesarios.

“Al ver la disminución que estaba teniendo el país de manera alarmante, a la baja en la producción de burros, para los otumbenses es raíz, es identidad y decidimos crear el santuario de los burros de México.

“Tenemos 83 burritos en protección, aquí han nacido alrededor de 20 burros y los demás los hemos rescatado de diferentes partes del país; (...) aquí han encontrado su hogar”, aseveró Germán Flores Souza, impulsor del proyecto único en su tipo en todo el continente americano.

Burrolandia, ubicado en el centro de Otumba, fue creado hace 16 años por Germán Flores, quien invirtió su patrimonio y el de su familia para tratar de preservar a esta especie en la región nororiente del Valle de México.

Cuando abrió el santuario había dos burros, hoy 80% de los jumentos son rescatados y los restantes nacen en las instalaciones. La pandemia incrementó su población, lo que ha complicado su operación, principalmente por los recursos que se requieren.

“Durante la pandemia no paramos de rescatar burritos, incrementamos nuestra población en 40%, de aproximadamente 40 burros que teníamos nos fuimos a 70 y ahorita con los que han nacido y los que están por nacer ya superamos los 80 burros”, relató Flores Souza.

Por la pandemia de coronavirus, Burrolandia vivió su crisis más aguda porque dependen exclusivamente de los ingresos que generan los visitantes y, al no poder asistir por las restricciones sanitarias, estuvieron a punto de cerrar y de que los animales murieran por falta de alimentos.

Burrolandia, el amor por la preservación
Burrolandia, el amor por la preservación

1 de mayo, el “Día del Burro”

Otumba es el único lugar del mundo donde se honra al burro cada año, en el Día del Trabajo, y se organiza una feria en su honor. En este municipio mexiquense, donde viven los otomíes, el asno es su símbolo de identidad. Lo aseguran porque “tienen los pelos de la burra en la mano”.

En Otumba ven un burro y se les antoja el viaje, porque saben que “entre menos burros más olotes”, aunque lo que quieren en Burrolandia es que haya más de sus especies.

“Necesitamos ayuda, (...) nuevas generaciones que vengan a apoyar este rescate, estas tradiciones de Otumba”, urgió el creador de Burrolandia, quien, por cierto, nació un 1 de mayo.

Burrolandia sigue en crisis financiera, ningún gobierno de los tres niveles ha apoyado al santuario desde su creación. En contraste, hace unos meses el reino de los Países Bajos aportó 8 mil euros a la causa, los cuales sirvieron para construir espacios para varios de los animales, pero aún son muchas las necesidades.

Los que acuden a la reserva conocen a Bam Bam, un burro mamut, que es el más grande de su especie, así como a los del mediterráneo y a los africanos, que son las tres razas que se preservan en ese inmueble de más de 3 mil metros de extensión.

También podrán conocer a un burrito blanco que procrearon a Copo de Nieve y Clarita, que nació con una cruz en el lomo; aún no tiene nombre y espera que los asistentes escojan el mejor para que así sea bautizado.

Burrolandia, el amor por la preservación
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