El crecimiento de medios de transporte en la capital del país a través de diversas aplicaciones, ha rebasado a la autoridad. Hoy en día es común observar a gente moviéndose en bicicletas sin anclaje, scooters eléctricos e incluso motonetas compartidas; sin embargo, todas ellas funcionan en la ilegalidad, porque no hay un marco que las regule, lo que, al mismo tiempo, ha generado la molestia vecinal porque muchas de las unidades se dejan en la vía pública.
Especialistas y usuarios aseguran que estos nuevos sistemas son una buena opción para hacer viajes cortos y a precios accesibles; pero será la administración de Claudia Sheinbaum Pardo, la que decida su destino y cómo van a operar.
“Podemos ver que la gente se está dirigiendo a la economía de la suscripción, eso quiere decir que en lugar de comprar cosas, renta servicios y el sistema de bicicletas compartidas, los scooters e incluso autos dan una versatilidad a la movilidad de los capitalinos, así que un día pueden usar uno y al siguiente otro”, dijo Claudio Nieto Rojas, profesor de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación de la Universidad La Salle.
Tras concluir la prueba piloto de las bicicletas sin anclaje Mobike, VBike y Dezba en la capital, que se realizó de marzo a octubre, por la Secretaría de Movilidad local, las empresas están en la incertidumbre pues no saben si van a funcionar y cómo lo harán, aunque no han dejado de prestar el servicio.
Incluso Mobike aumentó su costo de 399 pesos a 649 pesos para la suscripción anual.
“Tenemos una preocupación por los manejos que se le han dado a la salida de los lineamientos y permisos permanentes para lograr una certidumbre jurídica que garantice el orden, la permanencia y el crecimiento de servicios de movilidad alternativos, eficientes, económicamente viables, amigables con el medio ambiente y que promuevan el derecho ciudadano a la movilidad”, dijo Federico Polakoff, director de operaciones de V-Bike.
“Queremos tener una regulación y trabajar de la mano con las autoridades para que juntos fomentemos el uso de transportes sustentables como lo es la bicicleta y así contribuir a reducir el tráfico y la contaminación de la Ciudad de México, y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, concluyó Ojeda.
Tras realizar el estudio de operación de estas empresas, Jesús Sánchez Romero, director de estudios de movilidad de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, dijo que los puntos donde se observó mayor necesidad de este tipo de transporte es en la periferia de la capital, por lo que es necesario buscar que las empresas se sumen a diferentes destinos, pensando no sólo en los puntos con mayor plusvalía.
Sobre el tema, Sheinbaum Pardo aseguró que sí serán reguladas las bicicletas sin anclaje, los mototaxis y bicitaxis, además se comprometió a impulsar el transporte público híbrido y los autos eléctricos.
Más infraestructura para las primeras millas
El presidente de la Comisión de Movilidad del Congreso de la Ciudad de México, Miguel Ángel Macedo Escartín, comentó que ante este tipo de transporte se buscará que las alcaldías cuenten con infraestructura ciclista.
“La Ciudad de México no sólo necesita modernizarse, también requiere entrarle al tema de movilidad sustentable y por ello debemos regular todo, con esto tendremos un control y la forma para ir resolviendo las problemáticas que se vayan sumando”, dijo.
Tanto para el uso de bicicletas como de los scooter se tiene que garantizar la seguridad de los usuarios, pues este tipo de transporte va en aumento, pero las calles no están pensadas para ellos e incluso los ciudadanos no tienen una cultura vial que permita su circulación total, aunque ya se ha ido trabajando en los últimos años.
Problemas en la vía pública
Las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo se convirtieron en un estacionamiento de bicicletas de colores naranja y verde, los vecinos de estas demarcaciones no están de acuerdo con el estilo de servicio que brindan V-Bike, Motobike y Dezba, pues aseguran que no hay un control de las unidades y se dejan en cualquier esquina, afectando la movilidad local.
“Donde quiera que veas hay bicicletas y luego las dejan mal acomodadas, las tenemos todo el día, nadie se hace cargo, aunque a veces sí vienen por ellas en la noche, pero por la mañana ya hay más, es muy malo que no regulen su estacionamiento, es urgente que el gobierno haga algo”, dijo Carolina, vecina de la colonia Anáhuac, en Miguel Hidalgo.
Los colonos temen que las bicicletas y monopatines sean abandonados, pues hasta el momento no hay reglas establecidas por el gobierno para señalar dónde deben estacionarse y sancionar a las empresas por no retirarlas.
“Nadie sabe de la normatividad que deben cumplir, ni el gobierno ni las empresas, éstas hacen lo que quieren y no podemos decir nada, por eso pedimos a las autoridades que hagan algo antes de que se salga de control”, comentó Tonatiuh, vecino de la colonia Roma.
Mobike ya presentó una propuesta a las autoridades capitalinas para definir 350 lugares para bicicletas compartidas y solucionar los problemas con los vecinos de Miguel Hidalgo.
Se trata de espacios que hoy no tienen un uso y cuentan con más de 2.5 metros de espacio, alejados de hidrantes o pasos peatonales para no obstruir.
Movilidad del futuro
Especialistas en urbanismo aseguran que estas tecnologías son el siguiente paso en la modernización del transporte público de la capital, aunque no se pueden dejar atrás los servicios tradicionales en las zonas urbanas.
“Este sistema es factible, pero yo siento que es el primer paso para llegar a una ciudad inteligente, en donde la vida se hace más fácil por medio de la tecnología, en este caso en el sistema de transporte. Siento que es algo bueno tener una alternativa distinta al automóvil, que ya no es tan sustentable para la capital”, dijo el especialista Claudio Nieto Rojas.
Dijo que son una solución para traslados de cortas distancias, pero habría que ver las alternativas para atender la demanda en la periferia.
El especialista de la UNAM, Neftalí Elorza López, refirió que es una buena alternativa de transporte, pero es necesario que se regularice porque en un corto plazo podría salirse de control.