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emilio.fernandez@eluniversal.com.mx
Atlautla, Méx.— Bernardino decidió irse a Estados Unidos para acabar de construir su casa dañada por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Los 120 mil pesos que le dieron de indemnización no le alcanzaron para levantar de nuevo su vivienda que tenía tres meses de edificada cuando se registró el terremoto.
“Un mes después se fue a Estados Unidos. Tuvo que pedir dinero prestado para pasar del otro lado para ganar dinero porque aquí no podría juntar lo que le falta”, contó su hermano, Alejandro Soriano.
El inmueble en obra negra se ubica en el barrio San Juan, de San Juan Tepecoculco, y tiene dos niveles. Con el dinero que recibió y el que tenía guardado Bernardino, levantó la parte frontal que será utilizada para dos locales comerciales.
Antes del sismo estaba eso construido, así como varias recámaras, sala, cocina y baños. Del otro lado del Río Grande, le enviará dinero a su madre para destinarlo a la edificación de su inmueble, tal como estaba la mañana del 19 de septiembre de 2017.
Al que no le dieron ayuda económica oficial fue a Alejandro, hermano de Bernardino, quien tiene su casa en el mismo predio.
“Los funcionarios que vinieron a revisar las casas dañadas nos dijeron que no podían dar dinero a más de una familia por terreno aunque estuviera también afectada, pero luego supimos que en otros lugares sí les dieron ayuda”, recordó Alicia Vásquez, esposa de Alejandro.
Su vivienda se fracturó por el movimiento telúrico y tuvieron que derrumbar el segundo nivel, la parte de abajo también se dañó pero unos albañiles la revisaron y les dijeron que sí podría repararse.
Zona afectada. El joven matrimonio, que el último tercio de cada año se dedica a elaborar casitas navideñas de madera, pidió dinero prestado a sus familiares para hacerle arreglos a la parte de abajo de su casa porque no recibieron indemnización oficial.
Después del temblor, Alicia, Alejandro y sus hijas pequeñas, ocuparon la batea de su camioneta como recámara en la que pernoctaron durante varias semanas porque no podían ingresar a su inmueble por el riesgo.
Esa zona atlautlense, a 15 kilómetros del cráter del volcán Popocatépetl, fue una de las más afectadas; cerca de 230 casas colapsaron.
Ecatzingo se levanta. La región de los volcanes fue de las que presentaron mayores daños en el Estado de México por el terremoto magnitud 7.1 del año pasado, porque de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), la zona de Tlamacas fue donde más fuerte se sintió.
Ecatzingo, otro de los municipios colindante con Morelos, resintió los embates de la naturaleza, pues fue el más cercano al epicentro.
En esa localidad murió una persona al caerle una roca en el poblado de San Juan Tlacotompa y los daños materiales fueron cuantiosos. Atlautla y Ecatzingo fueron dos de los municipios declarados zona de desastre.
El censo final que efectuaron las autoridades de los tres niveles de gobierno determinó que en Ecatzingo mil 350 viviendas registraron algún daño, 850 fueron pérdida total, y el resto, afectaciones menores.
El alcalde, Marcelino Robles Flores, dijo que a las familias que perdieron su inmueble les entregaron 140 mil pesos, además de varillas y cemento, para que edificaran su casa. A los propietarios de viviendas con menores afectaciones les dieron en noviembre pasado 15 mil pesos para repararla.
“Hoy día podríamos decir, de manera muy general, que en el caso de las viviendas tenemos un avance entre 85% a 90% de reconstrucción. La gente está en los acabados, a lo mejor le falta la puerta, la ventana, pero ya tiene su construcción, su techo, ya tiene sus paredes y ya se resguarda.
El palacio municipal también resultó con afectaciones. En plena emergencia el inmueble fue desalojado para evitar riesgos a los funcionarios. Hasta diciembre, tres meses después de los sismos, la alcaldía fue ocupada nuevamente.