Monterrey. - “Todavía quisiéramos escuchar una buena noticia, pero sabemos que no es así, ya estamos escuchando algo que no queríamos escuchar, pero las cosas son así”, lamenta Armando Gallegos Vázquez, padre de Rubicela Gallegos Castillo , quien podría ser una de las víctimas del presunto feminicida serial de Atizapán.
Acusa que la fiscalía del Estado de México tuvo archivada la investigación sobre la desaparición de su hija, ocurrida el 20 de julio de 2019, en cuyo expediente sólo se reunieron las pruebas aportadas por la familia, entre ellas un video de la última vez que la joven fue vista con vida, el cual “perdieron” las autoridades.
La joven mujer era originaria de Guerrero y que creció en Monterrey. Había partido a la Ciudad de México en 2009, para estudiar la carrera de Ingeniería Ambiental.
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Don Armando, padre de “Rubí”, como la llama de cariño, no espera buenas noticias sobre la suerte de su hija, que hoy tendría 34 años de edad.
Y explica, “no porque conozca a la persona esa, sino por todo lo que presentan de él. Creo que esas credenciales de Rubí no estaban en manos de una persona normal, sana. ¿Qué podemos esperar de ahí?, dice resignado para lo peor, en entrevista para EL UNIVERSAL desde su casa en una zona de clase popular, al noroeste de Monterrey .
La desaparición
“Mi hija Rubí era licenciada en Tecnología Ambiental y le faltaba una materia para terminar su carrera de Ingeniería en la misma área. Se fue desde 2009 a la Ciudad de México a estudiar esa carrera”, relató don Armando.
Recuerda que la joven trabajaba y estudiaba desde que estaba en Monterrey.
“Pero hace seis años decidió tener un hijo y se vio más apurada en sus gastos. Se metió a vender tacos, era cajera en un restaurante, pero como eso le quitaba mucho tiempo para su niño entró a un restaurante que daba servicio por la aplicación de Uber , utilizando una moto de su propiedad para brindar el servicio.
“Esa es su moto, dice al señalarla con la mano, yo la fui a recoger a la Ciudad de México, nos avisaron que estaba abandonada a dos cuadras del restaurante. Ya no se supo nada de mi hija. Había un video que se les perdió a las autoridades, lo aportamos nosotros, lo pidieron mi esposa y mi otra hija” para anexarlo a la carpeta sobre la desaparición.
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Don Armando dice que en el video se observaba a Rubí dialogar con la empleada del mostrador del restaurante, y por versión de esa muchacha, su hija comentó que iría a “buscar unas necesidades personales”, fue a una bodega del restaurante, que está como a dos cuadras, y ya no regresó.
“Esto fue el sábado 20 de julio de 2019, ese día recibimos en WhatsApp el último mensaje de mi hija, porque ella se estaba comunicando de forma constante con mi esposa, sus hermanos y sus tías”, recuerda don Armando.
Afirmó que Rubicela había pagado un boleto de avión a su hermana mayor, que vive en Monterrey, “para que fuera a recoger a mi nieto, que entonces tenía cinco años, porque en septiembre de 2019 entraría a la escuela acá en Monterrey”.
Relató que el sábado 20 de julio se estuvieron mensajeando. El último que salió de su celular fue una fotografía de una botella de cerveza tamaño "Caguama" con dos vasos llenos de la bebida, “fue lo último que vimos”. A las 7:15 de la noche todavía su celular estaba conectado, pero ya ella no se comunicó.
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Después de esa hora, comentó don Armando, recibieron otro mensaje, “pero ya no sabemos si fue ella, tengo dudas, porque no contestaba verbalmente, era muy corto el mensaje que escribía, empezamos a notar que algo raro estaba sucediendo, pero igual, pensamos algo importante tendrá qué hacer”.
El lunes 22 de julio su hija mayor tomó el vuelo a la Ciudad de México, pero ya no encontró a su hermana. El 29 de julio la madre de Rubí hizo el reporte de desaparición, asentado en el expediente AF/1093/2019, ante la Fiscalía Especializada para la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas ( Fipede ) del Estado de México.
La moto estaba abandonada y el niño permanecía con la persona que lo cuidaba cuando su mamá trabajaba.
“No hubo ninguna investigación"
Aunque la fiscalía especializada recibió la denuncia de desaparición, “no hubo ninguna investigación, lo que está en la carpeta es lo que mi familia aportó de información” y hasta ahí es como está el caso, señaló Gallegos Vázquez.
Mencionó que su esposa iba y preguntaba a la Fiscalía que cómo iba el caso y le decían, “vaya y consiga este papel allá y me lo trae, espérenos tanto tiempo y le damos una información”.
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Señaló que el 14 de abril de este año su esposa pidió una copia del expediente y le dijeron “está en el archivo”.
Agregó que no fue la Fiscalía quien les avisó sobre el hallazgo de las credenciales, sino los amigos de Rubí, quienes al ver las noticias tomaron captura de pantalla de los documentos y se las enviaron.
“Hablamos para que nos escuchen, queremos saber qué pasó con mi hija y dónde están los restos; queremos ver si nos pueden apoyar para que mi nieto tenga una beca para sus estudios, que era el sueño de su madre. Por mi edad, ya no me alcanza el tiempo para darle educación”.