A tres meses de que se cerrara la Plaza Giordano Bruno en la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc, y se desalojaran a más de 400 personas migrantes que vivían en carpas, el espacio se encuentra “próximo a su apertura”, según los trabajadores presentes.

Actualmente, la plaza está cerrada, con trabajadores en su interior colocando losas en el piso y pintando paredes; además, ya se terminó la instalación de un nuevo techo, se colocó una lona sobre la estatua del alquimista Giordano Bruno y se colocó una valla en todo el perímetro.

Cabe recordar que la rehabilitación de la Plaza Giordano Bruno implicará una inversión de un millón 450 mil pesos, provenientes del programa Mejoramiento Barrial, y se espera que los trabajos estén concluidos entre finales de septiembre y principios de octubre de este año.

Hace tres meses esta plaza estaba llena de tiendas de campaña y hogares improvisados por migrantes de Venezuela, Colombia y Haití, en su mayoría, mismos que habían aprovechado el espacio para instalar cocinas, tendederos de ropa, baños improvisados y zonas de descanso.

Las condiciones en las que la población migrante había dejado este espacio público causó el descontento de cientos de vecinos de la colonia Juárez, quienes se pronunciaron en repetidas ocasiones en contra de la presencia del campamento.

La noche del miércoles 5 de junio elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional desalojaron este campamento y poco después el Gobierno de la Ciudad de México anunció que el espacio sería restaurado y recuperado para los habitantes de la zona.

Luego del desalojo, muchos migrantes optaron por recurrir a la Casa del Migrante, un albergue de la alcaldía Cuauhtémoc creado en marzo de 2023, a pocas calles de la Plaza Giordano Bruno, con capacidad para alojar hasta 200 personas durante la noche y con servicios de baño, limpieza y enfermería.

Sin embargo, este refugio fue oficialmente clausurado por la alcaldía Cuauhtémoc este miércoles, porque ya no contaba con las condiciones para seguir brindado apoyo asistencial digno para los migrantes, además de que la sede de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) cambió de sede a la alcaldía Iztapalapa el mes pasado.

“Muchos nos tuvimos que venir a dormir en la calle y otros se tuvieron que regresar a sus países, los demás se fueron a subir al tren, (...) desde que cerraron hemos vivido en incertidumbre”, comentó Kateryn, una de las migrantes de origen venezolano que habitaban en la Casa del Migrante en la colonia Juárez antes de su cierre.

Según Kateryn, el lugar ya había cerrado sus puertas a los migrantes desde hace más de dos meses, por lo que tuvieron que buscar opciones de alojamiento.

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