La Auditoría Superior de la Ciudad de México (ASCDMX) detectó que el Instituto de Estudios Superiores Rosario Castellanos (IRC) y la Universidad de la Salud no tuvieron programas para supervisar las actividades susceptibles de corrupción ni tampoco para evaluar y capacitar al personal.

De acuerdo con el Informe de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2020, el instituto Rosario Castellanos no estableció controles para supervisar las actividades susceptibles de corrupción ni llevó a cabo autoevaluaciones para el mejor desarrollo del control interno y cumplimiento de metas y objetivos.

Además, tampoco elaboró un programa de acciones para resolver las problemáticas detectadas, incluso, no consideró las evaluaciones respecto al cumplimiento de objetivos y metas, y que fueron la causa para tramitar una modificación a su presupuesto asignado al capítulo 3000 Servicios Generales, “por lo que éstas no fueron consecuencia de un proceso de programación, presupuestación y calendarización eficiente”.

Respecto a la Universidad de la Salud, la Dirección de Administración y Finanzas de la casa de estudios, de acuerdo con la Auditoría Superior local, no contó con procedimientos que regularan el momento contable del gasto aprobado del rubro sujeto a revisión y que delimitaran las responsabilidades de los servidores públicos que los llevan a cabo.

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