Estrés laboral, presiones, afectaciones en ambientes familiares y sociales, duelos, así como vulnerabilidades ante el consumo de alcohol y tabaco han sido identificados como padecimientos en algunos trabajadores del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México.
Actualmente, 150 empleados son tratados a través de la Unidad de Atención Integral para el Personal del Sistema Penitenciario, la cual fue inaugurada en diciembre de 2023, a un costado del Reclusorio Norte.
En este espacio se dan terapias sicológicas, actividades deportivas, nutrición y próximamente atención médica.
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El análisis realizado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) —que se encarga de la administración de las cárceles de la Ciudad de México—, reveló que el personal sufría de estrés laboral que no había sido atendido desde administraciones pasadas.
Y es que no sólo deben soportar ambientes hostiles en el interior de las cárceles, sino que esas historias de cada una de las personas privadas de la libertad con las que conviven son llevadas a espacios más personales. Entonces, lo que parece cotidiano para ellos, lo deja de ser cuando hay un atisbo de enojo, ira, consumo y depresión.
La Unidad de Atención Integral para el Personal del Sistema Penitenciario puso esta serie de servicios, y las terapias sicológicas son las más solicitadas.
Eliseo Lemus Ramos es un trabajador del Centro Varonil de Seguridad Penitenciaria II, ubicado a un costado del Reclusorio Norte, y pidió asistencia sicológica, pues aseguró, la función que desempeña es muy aprehensiva.
“El trabajo penitenciario es uno de los trabajos más bonitos que he tenido, pero tiene algo, es muy aprehensivo, y a veces nosotros absorbemos las partes negativas de las personas privadas de la libertad con las que trabajamos”, expresó.
Con la función de trabajo social con los internos de esta área de alta seguridad, Eliseo Lemus se dio cuenta que trasladaba a su casa lo que le contaban, desde hechos delictivos bastante crudos, hasta versiones que no comentan los presos ni en audiencias de control.
“Puedes trabajar con personas que cometieron delitos y te los narran de manera muy cruda, muy fiel a su versión, y esas cosas se te van quedando, las llevas a la casa y a veces hablas de eso fuera del trabajo. Necesitas depurarlos y limpiar esa parte, por eso me acerqué”, dijo.
Una de las experiencias que más recuerda es la narración de un interno que asesinó a su madre en un momento de consumo de drogas.
Él tuvo que atender a esta persona e impulsarla a que se incorporara a las actividades del centro penitenciario; para eso, tuvo que escuchar su historia y llevarla paso a paso.
“A mí me narró todo lo que hizo, porque ante el juez dijo que no se acordaba, pero una tarde se acercó y quiso contarlo todo”, expresó.
Señaló que como trabajadores van absorbiendo cada una de estas historias y que al conocer la Unidad de Atención Integral decidió soltar lo que se llevaba a casa.
“Nosotros lo que realizamos es muy absorbente y me abrieron la oportunidad de limpiarme y depurar, porque desafortunadamente hay ocasiones en las que ya no distingues la línea de si estás en el trabajo o estás afuera”, dijo Eliseo.
Buena aceptación
La sicóloga Lizbeth Estrada García, quien se encarga de dirigir dicha unidad ubicada en el Reclusorio Norte, explicó a EL UNIVERSAL que desde su inauguración el 6 de diciembre, ha emprendido la promoción de las diferentes actividades y ha tenido una buena recepción entre los trabajadores.
Actualmente tienen 150 usuarios, la mayoría de ellos del Reclusorio Norte, a los que atienden de manera integral: “Por mucho tiempo el Sistema Penitenciario, los trabajadores, estábamos olvidados y ahora es una parte de que somos escuchados, hay un espacio para nosotros”, enfatizó la especialista.
Explicó que hasta abril de este año, hay 79 solicitudes para atención sicológica, de las cuales 59 están activas y ocho de ellas son canalizadas vía Zoom.
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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) participa en esta unidad con 14 sicólogas y apoyo terapéutico; el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) tiene 92 solicitudes y 56 seguimientos.
Lizbeth Estrada mencionó que el análisis realizado arrojó que los principales motivos por los que se acerca el personal penitenciario a esta unidad es por estrés laboral, duelos que no han sido trabajados de manera personal, y en cuestión a adicciones, se encuentra el consumo de alcohol y tabaco.
“Nos enfocamos en el estrés laboral, porque hay mucha población la que tenemos y necesitamos un espacio para nosotros mismos. Ya sea deportivo, usar el gimnasio una hora. Yo creo que eso ayuda mucho a nuestras emociones, a nuestro estrés, a salirnos un poco de nuestra zona de confort, eso nos ayuda mucho y el que sean escuchados”, consideró la sicóloga.
Los trabajadores que principalmente acuden a esta unidad son del Reclusorio Norte, Centro Varonil de Seguridad Penitenciaria I y II, así como Anexo Norte.
La especialista adelantó que está por inaugurarse otra unidad, pero se ubicará en la Penitenciaría de la Ciudad de México.
Padecimientos
Para la sicóloga del IAPA, Elizabeth Yolanda Alcázar, dentro de las problemáticas por las que acude el personal se encuentra el síndrome de burnout o agotamiento, depresiones, entre otras enfermedades.
Explicó que realizan tamizajes para canalizar a los usuarios, y de ahí les dan 10 terapias para abordar las diferentes problemáticas.
En cuestión de consumo, dijo que se trabaja de forma integral, es decir, una vez que realizan el tamizaje, se hace una encuesta de consumo y otras herramientas para ver el panorama del paciente.
“Una vez que tenemos el panorama general, buscamos estrategias de apoyo, una es el cognitivo conductual, que es a través de trabajar específicamente la situación de consumo”, refirió.
Rosa Heidi Lozano Bermúdez, del área de Coordinación de Beneficios en el Reclusorio Norte, narró que se acercó a la unidad para tomar terapias sicológicas, pues identificó que el estrés laboral le daba “momentos de ira”.
“De repente el estrés del trabajo me daba momentos de ira, no de golpear a alguien, pero sí de enojo, entonces me están ayudando con esta parte, de aprender a canalizar el enojo, de ver por qué me enojan cosas”, aseguró.
Sin embargo, no todo se centra en este tipo de terapia, Abel Vega utiliza el gimnasio que tiene la unidad para sacar el estrés, y llamó a sus compañeros para que acudan a los servicios que les ofrecen, pues considera que este tipo de espacios ayudan a que puedan desarrollar mejor su trabajo penitenciario.