La angustia y preocupación no paró para las familias que perdieron a un ser querido en el accidente registrado el lunes en la Línea 12 del Metro. Durante la noche y parte de la madrugada recorrieron hospitales y morgues buscando por todas partes a quienes viajaban en los vagones que se vinieron abajo, con la esperanza de encontrarlos con vida o al menos heridos en un hospital, pero no fue así.
Por la mañana del ayer, los deudos fueron citados en las inmediaciones de la Coordinación Territorial, Iztapalapa-6, donde se concentraron los cadáveres. Ahí todo era llanto, dolor y reclamos: “¡Que no mamen!, pinche gobierno, mataron a pura gente trabajadora, sólo querían llegar a casa, y mira, nunca lo lograron, por ese descuido de las autoridades”, dijo entre lágrimas la señora Mariana, quien perdió a su hijo de 18 años en el accidente, al tiempo que reclamaba a San Miguel por haberle fallado y no cuidar al menor de sus hijos.
Madres, padres, hermanas, hijos estaban en las planchas de la morgue, todos víctimas del accidente: “Dejó huérfanos a dos niños, ellos no saben lo que pasó, saben que su mamá no llegó anoche, pero no saben que nunca más la van a ver, no sé ni qué les voy a decir”, dice la hermana de Mirna, quien murió.
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Molesto, con ojeras y los ojos irritados de tanto llorar, salió José Luis, hijo de don Luis Adrián, de 61 años, el primer cadáver que fue sacado de entre los fierros retorcidos del vagón; tardó 15 horas en que le entregaran el cuerpo de su padre. El joven dijo que no quería llegar a casa con la noticia, porque su madre aún no sabía nada, ella, de 60 años, todavía tenía la esperanza de que se encontrara con vida.
“No sé si van a pagar todo, y al final eso no me importa, así me den todos los millones del mundo, nadie me va a devolver a mi papá, era el sustento de mi madre, su pareja, su amigo, ayudaba en la casa, aún trabajaba, era un hombre bueno, con mucha energía, y mira, todavía cuando iba de camino hablamos, nos alcanzó a decir que nos quería mucho”, dice.
Enrique no paraba de llorar, por el cargo de conciencia que le embargaba. La noche del lunes invitó a cenar a su novia Nancy, quien de regreso le pidió que ya no la fuera a dejar qa su casa, porque iba acompañada de su hermana de 15 años.
Envuelve tragedia a familia
La noche del lunes Melitón Velasco, de 56 años, regresaba a su casa ubicada en el poblado de San Juan Tezompa, en el municipio de Chalco, acompañado de sus dos hijos: Adán y Salvador, ambos de 21, cuando se registró el accidente en la Línea 12; por las heridas que sufrió Melitón perdió la vida en el hospital y sus dos hijos resultaron lesionados.
Melitón se dedicaba a la albañilería y sus dos hijos le ayudaban. Cuando ocurrió el percance, regresaban a descansar a su humilde vivienda después de salir del trabajo. El padre fue tras- ladado en una ambulancia al hospital, pero por la gravedad de las heridas perdió la vida mientras estaba en el quirófano, contó Adrián Herbert, su sobrino.
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Los dos hermanos fueron dados de alta durante el martes y regresaron a su casa, pero lo hicieron sin su padre. La familia esperaba que las autoridades capitalinas les entregaran el cuerpo de Melitón para sepultarlo en San Juan Tezompa.
La Fiscalía General de Justicia dio a conocer que hasta el momento se han entregado 10 cuerpos —dos mujeres y ocho hombres, siete de elloa ya fueron reconocidos directamente por sus familiares—, y refirió que inició una carpeta de investigación por homicidio culposo.