En el Colectivo 18, como se les conoce coloquialmente al mismo número de colonias de más alta vulnerabilidad en Álvaro Obregón, no hay campanas para llamar a los vecinos, aquí se chifla y en segundos toman las calles. En esta zona, caracterizada por la marginación y el olvido, la alcaldía inició la construcción de escaleras eléctricas que tendrán una altura de 32 metros, equivalente a un edificio de 22 pisos, y una longitud de 260 metros.
El objetivo no sólo es dotar de movilidad a las cerca de 30 mil personas que viven en estos barrios sobre las barrancas y laderas en el poniente de la capital de la República, sino ofrecerles espacios públicos, infraestructura social y seguridad pública, por mencionar algunas.
Los trabajos dieron inicio sobre la calle Pedrera, que fue fuertemente resguardada por 450 elementos de la policía capitalina. Hasta dicha calle arribaron los camiones con materiales para comenzar la obra, que tendrá un costo de 82 millones de pesos y cuya licitación la ganó la empresa Constructora LMI.
Las calles en este territorio son estrechas y con pendientes pronunciadas, de acuerdo con el proyecto tienen una longitud de 260 metros que serán intervenidos en tres tramos que equivalen a tres segmentos de escaleras y descansos; tendrán un solo sentido pero cambiarán por horarios, los cuales hasta la fecha no se han definido.
Subir cada uno de los escalones que conectan con los barrios de estas colonias —apenas delimitadas por estrechas vialidades o escaleras— representa un esfuerzo físico alto, en donde las personas deben hacer varias pausas para jalar aire constantemente y seguir su camino hasta su destino.
Ayer, la gente no necesitó del silbido para salir a ver qué sucedía en la calle. El ruido de los camiones, el despliegue policiaco y los trabajadores de obras fueron el anuncio del arranque del proyecto Escalando Vidas, Tejiendo Destinos.
Entre los curiosos que se acercaron se encontraban sujetos con solventes en las manos o simplemente observando las zonas donde se instalaban los elementos policiacos.
En la parte alta de este territorio, los vecinos también salieron a mirar el inicio de las obras y entre palabras cortadas por la falta de aire que les produce el subir los escalones se les escuchaba decir frases como: “¡Por fin!”, o “¡vean cómo la gente se apropió de mucho espacio!”.
En el arranque de los trabajos, además de los policías, la alcaldía Álvaro Obregón colocó tapiales para definir los espacios que serán para las escaleras eléctricas y el funicular o elevador inclinado.
El Colectivo 18 es similar a las favelas brasileñas o comunas en Medellín, Colombia, de donde originalmente proviene este programa que la alcaldía Álvaro Obregón acopló para la demarcación.
La tarea de este proyecto, hasta ahora único en la Ciudad de México, no fue fácil para las autoridades locales, según contó el director de Obras y Desarrollo Urbano, Joel Salmerón de la Cueva, pues durante las visitas de planificación de obra cientos de vecinos salieron de sus casas para rodear a los funcionarios y arquitectos a preguntar qué era lo que querían en la zona.
“La gente está recelosa, no creen que las acciones gubernamentales sean verdaderas. Los vecinos deben entender que no venimos a hacer un mal, sino a procurar. Antes aquí hubiéramos estado rodeados de la comunidad, aquí no hay campanas, hay chiflidos y sale toda la colonia, pero ellos ya se dieron cuenta de que venimos a chambear”, comentó el funcionario de la alcaldía.
Sobre la calle Columbus, a 350 metros de distancia de donde se inició la construcción de las escaleras eléctricas, también comenzó la obra del funicular o elevador inclinado, una especie de vagón en el que podrán ingresar 10 personas.
El ascensor tendrá tres estaciones: Mixcoac, Columbus y Cantera, en un trayecto de 168 metros que facilitará la movilidad en la zona, especialmente para las personas que usan sillas de ruedas.