Este 15 de septiembre arrancará a medias y después de casi una década de rezago, la operación del Tren Interurbano México-Toluca. Únicamente recorrerá 19 de los 51 kilómetros que lo conforman, en cuatro estaciones que van de Zinacantepec a Lerma, pasando por Toluca y Metepec.

A la fecha no hay un claro sistema de transporte público para dar servicio a quienes desciendan del tren y tampoco el costo del viaje, han señalado transportistas; las autoridades encargadas de la obra electromecánica de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) reconocieron que quizá en principio no será redituable económicamente su operación; sin embargo, dijeron, es necesario poner en marcha los trenes y socializarlo para cuando concluyan la obra en la Ciudad de México.

El incremento en el presupuesto e incidentes como la caída de ballenas el 5 de mayo del 2016 casi al inicio de su construcción en Toluca, ha generado entre los habitantes de la zona desconfianza, lo que les impide asegurar si van a abordar el sistema, que si bien luce en óptimas condiciones, para los mexiquenses, resulta incierto, puesto que fueron muchos años de ver sin movimiento la enorme infraestructura, ocupando el camellón central en la vialidad Las Torres, sin más movimiento que un tren que a veces corría sobre un pequeño tramo.

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Esta obra que inicia operaciones en el Valle de Toluca se caracteriza por ser la primera parte que concluyó en su totalidad en el 2020. La obra en el tramo que comprende el Estado de México, desde Zinacantepec hasta Ocoyoacac, en la intersección con la Ciudad de México, fue concluida desde hace dos años. Desde entonces se acabaron los litigios y fueron entregados los pagos correspondientes por la ocupación de las tierras a ejidatarios.

No hubo más protestas por parte de ejidatarios de San Jerónimo Acazulco, municipio de Ocoyoacac, ni de San Buenaventura, en Toluca, pues a todos les indemnizaron, por lo que incluso retiraron la vigilancia de la Guardia Nacional desplegada en el kilómetro 38 a la altura del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), donde se reforzó la presencia policial cuando los ejidatarios pelearon por la presencia de maquinaria en la zona.

En el 2017, arribaron los equipos junto con los 30 carros que conforman la flotilla del sistema de movilidad y desde entonces solo habían corrido por algunos tramos de los talleres.

De acuerdo con el ingeniero Gabriel Zavala Aguilera, director ejecutivo de regulación económica de la SICT, fue por ello que en julio de este año decidieron iniciar con recorridos más amplios, en un tramo de la terminal a Lerma para evitar la obsolescencia de los trenes.

Aunque la frecuencia con que saldrán de la terminal los convoyes la define el operador del sistema, es decir, Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), se estima que saldrán cada 15 minutos.

A dos días de su inauguración, el precio del viaje aún no está definido, pero la idea es que sea competitivo con el precio del transporte público, para atraer a la gente, indicaron autoridades.

En total para la operación final, se espera que se sumen 20 trenes, el contrato original era de 30, pero 10 de ellos se van a ir al Suburbano que conectará la estación Lechería con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

De acuerdo con Noé Adriano Vargas, residente de la obra electromecánica, los perjuicios por el retraso de la obra, que se anunció en 2015 y que no ha concluido en 17 kilómetros de la Ciudad de México, llevó a que algunos sistemas tuvieran que actualizarse, pues eran obsoletos, “se actualizó hasta donde se pudo”.

Explicó que el sistema está diseñado para operar en toda la línea completa, pero por ahora se hace el análisis del costo-beneficio sobre la operación de esta primera etapa, lo más importante es poner en marcha los trenes, porque eso permite observar su funcionamiento.

Sin embargo, todo este tiempo que han estado parados los convoyes les han brindado mantenimiento para que se mantengan en buena condición y al iniciar operaciones el material rodante esté en las mejores condiciones.

Las pruebas que iniciaron hace unos meses son diferentes en cada caso, dependen del protocolo, algunas recorrieron de terminal a terminal y otras sólo entre cada estación, especialmente se fijaron en la tracción y frenado, para probar los frenos y la distancia que requiere de frenado el tren a diversas velocidades.

Además fueron cargados con costales de arena, lanzaron agua enjabonada a la vía y simularon diversos escenarios que podrían provocar alguna irregularidad, para prevenir cualquie riesgo que pudiera presentarse.

Tarifa y rutas

Usuarios desconocen el precio y no saben si será competitivo o qué tanto será mejor en comparación con la tarifa de los autobuses que transitan por la misma ruta de punto a punto, además de que es posible descender en donde lo necesitan y no hasta la siguiente parada.

A ello se suma el desconocimiento sobre si habrá estacionamientos y sus costos, opciones para ascender con bicicletas o si los usuarios podrían llevar a sus mascotas.

La infraestructura del Tren Interurbano únicamente tiene hasta ahora dos paradas con estacionamiento para usuarios, localizadas en Zinacantepec y en Pino Suárez, ésta última una de las más conflictivas en su entorno por ser la intersección entre Toluca y Metepec.

Empresarios de la Cámara de Autotransporte, Pasaje y Turismo del Valle de Toluca (Canapat) establecieron mesas de negociación con el gobierno federal para operar las rutas alimentadoras, informó su presidente Odilón López Nava.

Detalló que con la formalización del servicio se evitará el transporte pirata, la presencia de taxis sin regulación, colectivos que comunican con Calimaya y Almoloya de Juárez, además de mototaxistas y vagonetas que son irregulares.

Para ello, refirió hace un par de semanas, se instalaron mesas de trabajo con la SITC para lograr un buen acuerdo.

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