Para Arizbeth Dionisio Ambrosio, suboficial del agrupamiento Fuerza de Tarea de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), el apoyo que brindó a los habitantes de Acapulco, Guerrero, fue poco, pues le hubiera gustado hacer más cosas por ellos ante la difícil situación que se enfrentan por la devastación que dejó el huracán Otis.
Su imagen amamantando a un menor de edad recorrió las redes sociales, sin que ella se diera cuenta, pues no había comunicación en la entidad. Con sus brazos dibuja el tamaño del bebé de cuatro meses que amantó en medio de la catástrofe.
“Me siento feliz de haberlos apoyado, para mí es poco ante tal situación, es poco lo que hice, podemos ayudar más. Si estuviera en mis posibilidades, volvería a regresar con la familia para ver al bebé”, expresa la suboficial, quien tiene 10 años en la SSC.
En una plática con EL UNIVERSAL, Arizbeth rememora sus ocho días recorriendo el puerto de Acapulco, ayudando al lado de sus compañeros a las labores para salvaguardar a los habitantes y personas varadas.
Su instinto maternal la llevó a percatarse de que el llanto que emitía el menor no era común, tenía algo más que a ella le preocupó, por eso detuvo su recorrido sobre la avenida Adolfo López Mateos, y se acercó a preguntar a la familia si necesitaba algo.
Nadie más le ponía atención frente a todas las labores que realizaban para salvaguardar a los habitantes de Acapulco, golpeados por el huracán. Arizbeth lo hizo. En casa había dejado a su hijo de un año al cuidado de su esposo y su hermana, para cambiar su rol de madre por el de mujer policía.
Hoy es distinto para ella, recibió un ascenso y pasó de ser policía primero a suboficial.
Los efectivos comisionados se dividieron en brigadas para recorrer la zona cero del desastre.
Como parte de las tareas, recorría a pie entrevistándose con las personas que se encontraban varadas en busca de familiares.
Cuando se entrevistaba con otras personas, Arizbeth escuchó el llanto descontrolado del bebé que llevaba días sin recibir alimento, pues la madre tenía problemas para amamantar.
“Me fui tranquila, me fui bien de saber que el bebé estaba bien, continué con mis labores… íbamos en el recorrido, había personas llorando por sus familiares, fueron muchas cosas, realmente el desastre fue general”, expresa.
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Recuerda que estuvo ocho días en Acapulco y sus mandos los citaron en el agrupamiento Guerreros para informarles que se iban comisionados a esa entidad para apoyar a la ciudadanía. La gente les agradecía, los vitoreaba al ver cómo liberaban una vialidad, cómo retiraban escombros, les preguntaban de dónde venían, eso para ella fue conmovedor, pues de golpe tuvo que dejar la Ciudad de México y no sabía a qué se enfrentaría.
Solamente pudo avisarle por celular a su esposo que saldría de inmediato. Ya había visto imágenes del desastre natural, pero no se imaginó encontrarse con una situación más compleja.
Su esposo le pidió que se cuidara mucho, eso agarró la suboficial para tener más fuerza e irse con tranquilidad.
“Tengo a mi bebé de un año y siete meses, fue difícil, pero la verdad me fui con la confianza de dejárselo a su papá y a mi hermana, su tía, además de que él acepta muy bien la leche de formula”.
Lo que siguió, la mujer elemento de la policía capitalina no se lo esperaba, la falta de comunicación, de servicios en la entidad, no le permitió saber que la imagen de ella amamantando se estaba volviendo viral.
“Ya eres famosa”, le comentó su esposo, y cuando vio las fotos se preguntó “¿por qué?”, ¿en qué momento pasó?
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La hija de Arizbeth le dijo de broma que quién era ese bebito, que su hermano se lo había preguntado, por lo que la uniformada le respondió: “Y cómo te dijo eso mi amor, si tu hermano todavía no habla, y me dice, ‘no, eso me dijo mi hermanito’”.
Hoy su familia se siente más orgullosa de ella, ya se sentían al verla crecer en la policía, corporación a la que agradece, pues ha logrado alcanzar muchos objetivos. La acción que realizó como una madre la llevó a un ascenso.
“Decirle a las personas que antes de ser policías, somos seres humanos, no todos somos malos, no hay que generalizar”, concluye.