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Tras ocho meses de que la Secretaría de Movilidad (Semovi) capitalina otorgó un permiso anual a las empresas Grin y Bird para operar monopatines eléctricos sin anclaje en la Ciudad de México, las firmas disminuyeron su presencia, por lo que los usuarios consideran que ya no es una opción viable para movilizarse en la capital.
El secretario de Movilidad, Andrés Lajous, comentó que las empresas informaron a la dependencia que por cuestiones operativas dejarían de operar; sin embargo, rechazó que haya un exceso en las regulaciones y expuso que este tipo de empresas se están adaptando al mercado, tanto en México como en otras partes del mundo.
“Desde nuestro punto de vista, no es una sobrerregulación. Hay variedad en muchas ciudades de regulación, hay unas con más otras con menos y no es el determinante, sino los modelos de negocios que operan las empresas”, dijo.
Destacó que estas dos firmas son las únicas que pueden circular en la Ciudad así como las bicicletas sin anclaje Dezba y Jump, por lo que, posiblemente, seguirán los operativos para retirar las unidades que no estén autorizadas.
En junio, la empresa Grin obtuvo el permiso para operar mil 750 scooters en las alcaldías Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, y su contraprestación es de 14 mil pesos anuales por unidad, es decir, 24 millones 500 mil pesos.
Un mes después, dio a conocer el retiro de sus scooters hasta nuevo aviso con el objetivo de mejorar el servicio y, sobre todo, solucionar el problema de robo de dispositivos, el cual dijo, “representa el mayor reto para la operación de Grin”.
Actualmente la empresa sólo opera en la alcaldía Miguel Hidalgo, en la zona de Polanco.
La empresa Bird obtuvo el permiso para operar otros mil 750 monopatines eléctricos asignados a Lime, pero perdió el derecho luego de que no pagara la contraprestación que la misma empresa ofreció a la capital en un primer proceso de subasta.
En un concurso extraordinario organizado por la Semovi, el aval para operar scooters fue asignada a la firma, que ofreció 5 mil 400 pesos por unidad como contraprestación, lo que corresponde a 9 millones 450 mil pesos por el permiso anual de operación.
En este proceso también participó Jump, que se quedó sin asignación. No obstante, esta empresa también ha tenido dificultades para su operación y ha dejado de prestar el servicio por un tiempo.
Usuarios de estas aplicaciones dijeron que, aunque se trata de una buena opción para trasladarse en pequeñas distancias, al no haber unidades disponibles, mejor optaron por regresar a los vehículos y transporte público.
“Eran buenos, pero seguro ya no les convino el negocio, ojalá y regresen, porque sí hacen falta, muchos lo usábamos para ir a lugares cercanos o del Metro a la oficina”, dijo Daniel Juárez, usuario.
Algunas empresas que no obtuvieron el permiso, tanto de scooters como de bicicletas sin anclaje, han seguido operando, como la empresa Mobike, por lo que ha habido operativos donde la Secretaría de Seguridad Ciudadana se ha llevado algunas unidades en resguardo.