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Un grupo de al menos 100 anarquistas irrumpieron en Paseo de la Reforma con actos de vandalismo, saqueos y pintas a monumentos, negocios e instituciones públicas, lo que contrastó con la marcha pacífica que se realizó por el quinto aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
En la glorieta de Colón los jóvenes vestidos de negro y con el rostro cubierto, aparecieron con aerosoles, martillos y piedras. El grupo rompió los vidrios del hotel Meridien, además de que intentó prenderle fuego al mobiliario, arrasaron con todo ante la ausencia de la policía de la Ciudad de México.
Las autoridades reportaron 35 comercios entre restaurantes, cafeterías, librerías, sucursales bancarias, tiendas de conveniencia y oficinas gubernamentales, con algún daño.
En la Secretaría de Bienestar lanzaron piedras a las puertas de cristal y realizaron pintas con la leyenda “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, así como la “A” de anarquía.
Algunos de los asistentes a la marcha comenzaron a gritar “¡No violencia, no violencia!”, pero sus voces fueron acalladas por los petardos que lanzaron.
A las 17:30 horas, cuando la movilización estaba a punto de llegar al Antimonumento de los 43, los encapuchados agredieron a reporteros, camarógrafos y fotógrafos que cubrían la protesta.
En el Hotel Hilton los anarquistas rompieron vidrios del acceso principal y el restaurante El Cardenal, que en ese momento tenía algunos comensales.
Lo mismo sucedió en una tienda de deportes, cuyos maniquíes quedaron sobre la banqueta, además sacaron los sillones de la cafetería Starbucks.
Desde Juárez hasta Eje Central el caos fue la constante.
“¿Por qué destruyen los negocios?, ¿quién les paga para hacer estos destrozos?, ¿van a aparecer los 43 [normalistas] rompiendo vidrios?”, les recriminaron algunas personas.
A la altura del Palacio de Bellas Artes, los anarquistas arremetieron contra la libreria Gandhi, a la que le intentaron prender fuego, pero trabajadores que estaban dentro lo impidieron.
Después de más de media hora de desmanes, por fin aparecieron los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pero no los contuvieron. El contingente causó todo tipo de daños sobre la calle 5 de Mayo, incluso destruyeron la fachada de la que es la representación del estado de Nuevo León en la CDMX.
Un par de cuadras adelante se toparon con un grupo de comerciantes que los esperaban con palos y tubos.
Por la forma en que se venían manifestando se esperaba un enfrentamiento; sin embargo, los encapuchados se dispersaron y algunos, en operación hormiga, llegaron a la plancha del Zócalo donde se realizaba el mitin central.
En Palacio Nacional los jóvenes dañaron con pintas y golpes la puerta Mariana y la fachada del emblemático edificio. El Gobierno de la Ciudad de México, a través de un comunicado, lamentó los daños a comercios y mobiliario de “un grupo minoritario que no representa al movimiento” y aseguró que investigará lo sucedido para deslindar responsabilidades.