A partir de hoy, en la Ciudad de México, se endurecerá el Programa Conduce Sin Alcohol, mejor conocido como alcoholímetro, pues ahora los vehículos de los conductores que excedan los niveles permitidos de alcohol en la sangre serán llevados, automáticamente, al corralón.

Con esta medida, desaparece la posibilidad de que un acompañante pueda llevarse la unidad, por lo que el auto será devuelto hasta que la persona sancionada haya cumplido su penalización en el Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social (Torito).

Asimismo, el vehículo en depósito tendrá que cubrir todas las multas pendientes con la Ciudad, para ser liberado.

Con esta disposición, que forma parte de las reformas que publicó el Gobierno capitalino en la Gaceta Oficial, se faculta al personal operativo para que pueda hacer la revisión documental completa del vehículo y, en su caso, infraccionar al conductor si no cuenta con los papeles requeridos para manejar el automóvil.

También se ajustaron las sanciones aplicadas a los posibles infractores, para que se hagan de acuerdo con el tabulador ya existente. Aunque el monto no aumenta, este cambio deja fuera el criterio de los policías para establecer el monto del pago por las faltas al Reglamento de Tránsito.

A partir del 15 de marzo, las penalizaciones serán más estrictas con las personas reincidentes (que hayan acumulado cinco o más infracciones) y con quienes conduzcan vehículos de placas foráneas que hayan cometido cualquier infracción, serán remitidos a depósitos vehiculares en los que, además de cumplir con sanción económica correspondiente a la falta actual, tendrán que pagar todas las multas que adeuden a la Ciudad de México.

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