Naucalpan, Méx.— Luego de la caída de un rayo en el centro comercial La Cúspide, que generó ruptura del piso y de cristales, dañando algunos negocios, es necesario que se revise la seguridad de esta plaza que es frecuentada por miles de personas, advirtió Rodolfo Navarrete, dirigente vecinal de La Concordia.
Autoridades de Naucalpan confirmaron la caída del rayo, donde Protección Civil realizó una inspección del lugar y descartó daños estructurales, “desafortunadamente, la normativa no obliga a los edificios bajos contar con pararrayos”.
No obstante, La Cúspide fue construida en lo alto del cerro el Boludo de Lomas Verdes y es la estructura más alta de la zona, comentó el dirigente vecinal, quien reiteró la necesidad de revisar la seguridad de la plaza comercial tras la caída del rayo, porque quedaron cristales estrellados en la parte alta de los locales.
Tras este hecho y con las tormentas “ya da miedo dejar a los hijos ir al cine o a tomar un café” en esta plaza, aseveró.
Antes de que el rayo cayera, “vimos agua amontonada en una de las lonas tipo velero que sirven de techo en la plaza que al caer al piso también representa un peligro, en esta época de lluvias atípicas y granizadas”, señaló.
No acaba la tragedia en Atizapán
“Empieza a llover y estamos solos, con el río crecido y azolvado, con riesgo de volver a sufrir otra inundación de aguas negras”, denunció Jorge Zea Alfaro, vicepresidente de colonos de Vergel de Arboledas.
En Atizapán de Zaragoza, el último corte de casas dañadas por las trombas de esta semana supera las 310, con pérdida total de mobiliario, e incluso, daño en su estructura, detallaron autoridades municipales.
Vergel de Arboledas es una de las comunidades más afectadas y sus pobladores viven en zozobra. En “nuestra zona cero” hay 30 residencias con muros derribados, estructuras reblandecidas y pérdida total de más de 50 autos y mobiliario, contabilizó Jorge Zea en un recorrido realizado por EL UNIVERSAL, donde familias todavía limpian lodo y tierra.
“Estamos con temor, dolor y en alerta por lo que ya sufrimos y ante el riesgo de nuevas inundaciones, empieza a llover y vea, estamos solos”, junto al río roto y a punto de desbordarse, indicó uno de los dirigentes de Vergel de Arboledas, mientras algunos vecinos colocaban costaleras en sus viviendas para intentar protegerse de nuevos desbordamientos, sentimiento de angustia que también expresaron los habitantes de Villas de La Hacienda, Calacoaya y San José del Jaral.
Urge que vengan a reparar la bóveda del río San Javier, que fue arrancada por la fuerza del agua en un tramo de más de 50 metros de largo, donde el 6 de julio fluyó un enorme alud de más de dos metros de alto que invadió calles como Milano, donde rompió muros e ingresó hasta una residencia del Club de Golf La Hacienda, destacó Alfaro.
“Aquí confluyen en bajada dos ríos, el San Javier y el San Miguel Xochimanga, por lo que es urgente que Conagua, la Comisión del Agua del Estado de México y autoridades municipales del Sistema de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento (Sapasa), se coordinen para limpiar troncos, basura y azolve; así como a destapar el drenaje de Vergel de Arboledas que quedó obstruido con el desbordamiento”, afirmó.