Desde que llegó a la Jefatura de Gobierno en junio de 2023, dio continuidad a los programas, pero también afirma que quiso estampar su propio sello en la administración capitalina, por lo que asegura que ha puesto acento a tres temas de manera puntual: la agenda social, el agua y el cuidado del medio ambiente.

Desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el mandatario capitalino, en entrevista con , recuerda que en cuanto asumió el cargo expresó su interés en el medio ambiente y se metió de lleno a la protección de bosques, lo mismo con acciones de gobierno que mediante iniciativas promovidas por su administración, como la nueva Ley del Medio Ambiente y las reformas al Código Penal para combatir a los talamontes.

“Al llegar a la Jefatura de Gobierno inmediatamente vislumbramos un periodo breve, y lo que he querido es aprovecharlo al máximo posible, para hacer muchas cosas. Hemos trabajado de forma ejecutiva. En la primera entrevista que tuve con EL UNIVERSAL, a unos días de que había llegado, hablamos de eso y hemos estado desatorando temas en diversos ámbitos: sociales, educativos, de obra pública, agua, en fin”, comparte Batres.

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Como ejemplos, destaca la instalación de 2 mil 200 sistemas de captación de agua pluvial en igual número de escuelas públicas; múltiples obras hidráulicas para recuperar 2 mil litros de agua por segundo; la asignación de mil millones de pesos adicionales al Instituto de Vivienda; el aumento en el número de comedores comunitarios, junto con su incorporación a la Constitución local y el reimpulso del programa de mejoramiento barrial.

Se le pregunta si al dirigir la Ciudad comprobó que era un experto en ella o algo le sorprendió, a lo cual responde que “la Ciudad es compleja y conozco mucho de la Ciudad, puedo decir que soy de los dirigentes políticos que más conoce la Ciudad de México y sus problemas, historia, nudos, funcionamiento del gobierno y eso nos ha ayudado para avanzar rápidamente en muchas cosas. Pero siempre se presentan nuevos problemas, la Ciudad tiene retos adicionales a los que tenía hace algunos años”.

En ese contexto, enumera el tema de los microsismos en las alcaldías Álvaro Obregón y Benito Juárez, así como la presión inmobiliaria que ha generado efectos gentrificadores, los cuales, dice, se están atendiendo.

¿Cuál ha sido la decisión más fácil que ha tomado como jefe de Gobierno?

—Todo el tiempo tomamos decisiones. El hecho que tengamos un gabinete de seguridad nos ayuda a tomar decisiones diario. Tomamos decisiones aquí sobre muchos temas, porque en el gabinete de seguridad confluye no sólo la fiscalía y Seguridad Ciudadana, sino Gobierno, Sistema de Aguas, Metro, entonces tomamos muchas decisiones que tienen que ver con la vida cotidiana.

Y hay muchas decisiones que uno piensa que pueden ser complicadas y no. Por ejemplo, decidimos levantar todas las tarimas de avenida Coltongo y no fue complicado, no hubo necesidad del uso de la fuerza; había 12 mil tarimas y estábamos a la expectativa, y se limpió esa avenida, ya la gente puede caminar por las banquetas.

Tomamos otra decisión que parecía que había un tabú, que era rescatar el Parián, un inmueble abandonado por 25, 26 años en el Barrio de San Lucas, en Coyoacán, enorme, son 18 mil metros cuadrados, entonces lo convertimos en un centro comunitario, un lugar que estaba lleno de plagas, polvo, suciedad.

Tomamos otras decisiones que parecían complicadas y no lo fueron, que fue levantar los plantones de comunidades indígenas que había en la calle de Roma, en la Plaza de Santo Domingo había dos y en el Monumento a la Revolución, de comunidades indígenas, otomíes, mazahuas y otras que estaban viviendo en la calle y les dimos vivienda.

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Y luego hemos tomado recientemente otras decisiones también que tienen que ver con el rescate del espacio: una de ellas es sobre la Glorieta de Insurgentes, que la estamos rescatando, va muy bien, y la otra sobre la Alameda Central. Son decisiones que luego hemos pensado que son más complejas y se han podido realizar.

La más compleja de las que acabo de mencionar tal vez sería el caso de la Glorieta de Insurgentes, que ha ameritado una atención larga en el tiempo, pero han avanzado bien todas ellas, y todo eso es rescate del espacio público, regeneración del espacio público, pero con perspectiva de justicia social.

¿Y cuál ha sido la decisión más difícil?

—No ha habido ninguna decisión que haya implicado una dificultad, un riesgo especial. Todas las decisiones tienen sus bemoles, como se dice, pero afortunadamente hemos avanzado bien.

De todo lo que digo, siempre tenemos que sopesar las cosas, por ejemplo, había mucha resistencia de algunos colectivos de feministas a poner a la joven de Amajac en la glorieta y, no obstante, se pudo hacer, se avanzó bien, y se colocó rápidamente. Cada una de estas decisiones tiene siempre su grado de dificultad.

Por ejemplo, hacer la obra de la Línea 9 implicaba una inversión especial que no se tenía pensada, y todas las demás que he mencionado de rescate de espacio público y otras más, todas cuando las estamos analizando se ven como decisiones difíciles, en su momento pueden ser decisiones que implican dificultad para tomarse como tales, pero la operación ha sido fluida, mucho más fluida de lo que hemos pensado. Tal vez, la más complicada es la de la Glorieta de Insurgentes.

Detalla que de las acciones que se han emprendido en su año de gestión, la mitad son de continuidad —como la Movilidad—, y el otro 50% tienen sello propio. “Ahora, ¿dónde quise yo poner acento-sello de mi parte? El tema de captación de agua de lluvia; el tema de llevar los beneficios de la cultura a los barrios de la Ciudad de México y reconocer lo que desde abajo se ha hecho culturalmente en la Ciudad; el tema que tiene que ver con otras obras de movilidad, adicionales, particularmente en zonas populares, entre otras transformaciones”.

Respecto a las iniciativas que ha enviado al Congreso local, Martí Batres precisa que su administración desplegó una agenda legislativa para no quedarse sólo en el plano operativo, lo que permitió que sacaran adelante una decena de reformas y leyes nuevas.

En lo que le resta de sus 50 puntos antes del 4 de octubre, dice que prevé terminar la Línea 3 del Cablebús; entregar los trabajos de renivelación de la terminal Pantitlán de la Línea 9 del Metro y concluir con la parte del Tren Interurbano que corresponde al Gobierno de la Ciudad de México.

De la segunda etapa de remodelación de la Línea 1 del Metro, menciona que ahí hay un contrato con una empresa china que ha modificado los tiempos. “Yo me he estado reuniendo con ellos y queremos apurar, apurar, apurar al máximo posible”, enfatiza.

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Sobre los otros gobiernos de cierre, Batres destaca que cada gobernante ha tenido sus propias iniciativas y sus contextos; por ejemplo, considera que el contexto de Alejandro Encinas fue muy complicado, porque fue el año del fraude electoral de 2006, mientras que a él le está tocando “una transición muy tersa, de una muy buena continuidad local”.

Al preguntarle qué sugeriría a la jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, responde que ella tiene mucha idea de lo que hay que hacer en la capital, trae un plan bastante completo y él puede recomendarle cosas que, en realidad, ya las tiene previstas.

Sobre su futuro, Batres dice que es un luchador y que “seguiré luchando siempre”.

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