Tlalnepantla, Méx.— Tres cruces pequeñas juntas y una de mayor tamaño se erigen sobre el talud en la zona del derrumbe del cerro del Chiquihuite para recordar a Mía Mayrín, Dilán, Paola y Mariana, quienes murieron el 10 de septiembre de 2021 bajo pesadas rocas que aplastaron sus casas y afectaron a habitantes de 12 predios, lo que derivó en el desalojo de más de 200 familias de la colonia Lázaro Cárdenas.
“Aquí en la zona cero hay cero apoyo”, afirmó Maura Capistrano Ortega, una de cientos de damnificados, quienes a un año del derrumbe siguen viviendo en riesgo y sin ayuda.
Luego del desgajamiento de piedras de 200 toneladas que dejaron atrapadas a familias y destruyeron la casa donde fallecieron Paola, de 22 años, y sus hijos Dilán y Mía, de cinco y tres años, respectivamente, así como Mariana, estudiante de la Facultad de Filosofía de la UNAM, persiste la incertidumbre.
Ha sido un año trágico, de angustia y quebranto, pues además de la pandemia, “en el derrumbe perdimos a Paola y a los niños, también nuestras casas, mi patrimonio, y tenemos que pagar renta en otro lugar”, dijo Paula López Viviano, abuela paterna de los menores, para quien es doloroso regresar al lugar del siniestro.
De los afectados del cerro del Chiquihuite, “los que vivimos o perdieron su hogar en la llamada zona cero, parece que todos se han olvidado, no sabemos cuándo seremos reubicados, ni cuándo seremos indemnizados por perder nuestras casas que aparecieron en el decreto de expropiación del gobierno del Estado de México, ni siquiera hay certeza de que estamos en la lista de los afectados, pues nadie nos atiende”, aseveró Maura Capistrano.
Durante estos meses, los que perdieron sus casas aplastadas o afectadas por rocas —11 de las cuales fueron demolidas— “hemos tenido que pagar renta, perdimos todo nuestro patrimonio y no tenemos nada de ayuda, ni una despensa, sólo por tres meses el exalcalde Raciel Pérez Cruz nos apoyó con el pago de 5 mil pesos por tres meses para pagar otro sitio para vivir”.
Pero el actual edil, Antonio Rodríguez Hurtado, “ni siquiera nos ha querido ver o recibir”, indicó Carlos Rojas.
“Queremos un censo real, avalado por los afectados”, afirmó.
La misma incertidumbre la tiene Jesús Constantino Lázaro, quien a sus 69 años lleva uno viviendo fuera de su casa, pagando renta, luego de que perdió su casa en la calle Alpino Solitario.
Autoridades del gobierno federal “vinieron el año pasado a decir que nos van a reubicar, el ayuntamiento donó un predio de cerca de 5 mil metros cuadrados para la construcción de viviendas, pero a un año no conocemos avances, no hemos visto proyectos y no sabemos cuándo seremos reubicados”, afirmaron familias de la zona cero, quienes se reunieron en las calles Alacranes y Club Alpino Chimalhuacán en la víspera del primer aniversario de la tragedia.
Maura no es la única que regresó a vivir al lugar del desgajamiento, también lo hizo Rosa María y su hermano Aristeo Constantino, quienes junto con sus hijos viven oyendo el crujir de las rocas en cada tormenta. “Sí nos da miedo, pero no tenemos otros sitios para vivir”, expuso.
“Personal de Protección Civil de Tlalnepantla marcó nuestras casas, nos trajeron notificaciones de que vivimos en riesgo, pero no nos dice a dónde tenemos que ir”, lamentaron las víctimas.
Entrega de viviendas, en abril de 2023
Las nuevas viviendas para los damnificados del cerro del Chiquihuite constarán de tres recámaras, sala y comedor en un área de 63 metros cuadrados para cada familia y serán entregadas en abril de 2023, según informó hace unos meses el diputado local Max Correa, luego de que el Cabildo y la Legislatura mexiquense aprobaron por unanimidad donar un predio de 4 mil 700 metros en El Risco, en Tlalnepantla.
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