La falta de permisos en el trabajo, haberse enfermado, desconfiar de los efectos o no tener tiempo fueron algunas de las razones de miles de adultos de todas las edades para no vacunarse contra el Covid-19, pero que ayer decidieron hacerlo al ver los resultados de la inoculación masiva en la Ciudad de México y el Estado de México.
Se trata del grupo de rezagados, que este miércoles formó largas filas en las cuatro sedes que se habilitaron en ambas entidades donde el semáforo epidemiológico está en verde.
Habitantes de las 16 alcaldías desbordaron la Biblioteca Vasconcelos, una de las dos sedes ubicadas en la Ciudad de México, para ser vacunados.
Comentó que debía recibir su primera vacuna hace dos meses, pero por su trabajo no pudo acudir, pero ahora que tiene que salir del país era “urgente”.
“Me siento feliz. La verdad quien no quiera vacunarse ya es por decisión propia, el gobierno ha dado las facilidades y si un adulto mayor no quiere o alguien mayor de 18 años, será su responsabilidad”, aseveró.
Diana, de 43 años, de Azcapotzalco, recibió su segunda dosis de AstraZeneca. Explicó que desde julio pudo estar vacunada para tener su esquema completo, pero debido a la falta de tiempo por su trabajo y labores cotidianas, lo aplazó.
En un recorrido de EL UNIVERSAL se pudo constatar que la fila de espera rodeaba la Biblioteca Vasconcelos, en la alcaldía Cuauhtémoc. Las personas rezagadas tenían ocupadas las aceras de Eje 1 Norte, la calle Juan Aldama hasta la calle Luna y Estrella.
Para atender a este grupo, el Gobierno de la Ciudad de México habilitó otra sede en Censis, ubicado en Coyoacán. Ambos lugares operarán hasta el 6 de noviembre.
En la capital, la semana pasada se terminó la primera etapa de vacunación. que tuvo un avance de 95% con esquema completo de la población adulta mayor en la Ciudad.
Alta demanda en Edomex
En el Estado de México, algunos rezagados que acudieron al módulo de la Junta Local de Caminos en Toluca, cuya jornada concluye el 5 de noviembre, reconocieron que dudaron de la eficacia de las distintas marcas del biológico y tampoco les dieron permiso en su trabajo.
Alejandro Marín, de 23 años, y Sergio Francisco, de 25, coincidieron en que sus jefes les negaron el permiso para asistir el día que les correspondía. Laboran en una fábrica en Lerma.
Por su parte, Sergio manifestó: “Yo sí quería vacunarme, no le tenía miedo a la inyección, pero no me dejaron salir y cuando fui el fin de semana, ya no alcancé. Era el único en mi casa sin la vacuna y se veía la importancia de recibirla porque hay que ser responsables”.
José, de 23 años, trabaja en un taller mecánico y le advirtieron que le descontarían el día de no asistir por ir a vacunarse o habría descuento en caso de retrasos.
“No está uno para andar perdiendo dinero y si bien para mí vacunarme era una de las prioridades, la verdad es que no podía dejar de ir a trabajar”, dijo.
En el oriente de la entidad mexiquense, en Nezahualcóyotl, Linda Lizbeth, no fue a vacunarse cuando le tocaba porque estuvo grave de Covid-19.
“Yo fui la única de mi familia que se enfermó gravemente, ya después de ahí contagié a mi hijo, pero él no tuvo los mismos síntomas como yo, fue como muy tranquilo, no estuvo con fiebre ni nada, estuvo relajado, pero yo sí me puse muy mal”.
Este miércoles coincidieron menores de 20 años y mayores de 50 años, así como de la tercera edad, no sólo de Neza, sino de otros municipios de la zona oriente del Estado de México a ser vacunados, puesto que la jornada es regional.
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