Tecamac, Méx.— Justicia para Scooby, pidió la señora Lucía Martínez, quien cuidaba del perro que fue lanzado por un hombre a un cazo con aceite hirviendo afuera de una carnicería en Tecámac.
“Yo pido que se haga mucha justicia. Qué bueno que lo agarraron, le pido mucho a Dios que se haga mucha justicia por un perrito inocente que no tuvo la culpa”, dijo.
En entrevista con EL UNIVERSAL afuera de su vivienda, localizada en la colonia San Pablo, muy cerca de la carnicería donde ocurrieron los hechos, la mujer externó su tristeza.
“Ese día mandé a mi hijo a la carnicería para que comprara carne para almorzar y lo siguió nuestro perrito. Al poco tiempo regresó mi hijo llorando diciéndome que habían matado a Scooby”, relató.
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Roberto, de apenas 11 años de edad, recordó el momento en que murió el lomito.
“El Scooby me siguió y yo dejé mi bici afuera, porque aquí está peligroso y me da miedo que me la roben (...) escuché un grito y fui a ver qué le pasó al Scooby. Yo pensé que fue el carnicero. Me sentí culpable porque todo fue mi culpa porque yo me lo llevé, si no me hubiera seguido no se hubiera muerto.
“Yo creo que ese señor está loco, no sé por qué lo hizo si ese perro era inocente. Extraño mucho a mi perro, extraño mucho a Scooby”, expresó el menor con voz baja.
Mientras el niño jugaba con una cáscara de coco en un terreno baldío aledaño a su casa, esperaba que a sus otros “amigos”, Fido, El Negro y Canela, “no me los maten igual que al otro”.
Scooby, de cuatro o cinco años, de acuerdo con Roberto, era un perro alegre, juguetón y bien portado. “Le gustaba ir por la pelota, correr mucho y jalarme el suéter cuando llegaba a la casa”, dijo Roberto.
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rdmd