“¿Y el vino…?”. Fue la pregunta que me lanzó un miembro de nuestro equipo editorial tras enlistarle las múltiples posibilidades que ofrecen tabaco y destilados. “También tiene cabida”, respondí.

¡Sí!, querido lector, contrario a lo que se piensa comúnmente los fermentados de uva también son capaces de armonizar con distintas variedades de cigarros puros. Si bien blancos y rosados son poco aptos, tintos tranquilos, vinos fortificados y dulces ofrecen todo un universo de aromas, sabores y texturas cuando de maridar tabacos se trata.

Le decía la semana pasada que lo primero que debe tomarse en cuenta al armonizar tabaco es la fortaleza del propio cigarro puro, determinada por el equilibrio entre tipos y procedencia de las hojas que lo componen. Segundo y más importante, el tipo de casamiento que se desee integrar: contraste o armonía. En el caso particular del vino, potenciar los aromas de ambos productos debe ser la máxima absoluta.

Los puros de fortaleza media

(torcidos a partir de capas “seco”, hoja de fortaleza media y la más importante en términos de aromas, y “volado”, hoja de tabaco con la menor fortaleza y valorada por su combustibilidad), muy suaves en boca, son ideales para acompañar tintos potentes en nariz. Fermentados de uva con aromas delicados y gusto tímido, por el contrario, potencializan su acidez y taninos con tabacos de mayor fortaleza (torcidos a partir de capas “seco”, “volado” y “ligero”, hoja de gran fortaleza, de quema lenta y fuente principal del sabor).

Vinos para maridar con tabaco
Vinos para maridar con tabaco

¿Uniones particulares…? Tintos varietales de Syrah o Malbec del Nuevo Mundo, con explosivos tonos de frutos negros, bayas silvestres y especias cálidas, combinan bien con habanos de fortaleza media a alta. Por el contrario , los tabacos de fortaleza media a baja, intensos pero que no saturan, son recomendables con caldos de Cabernet Sauvignon e incluso algunos ensambles que reúnen frescura, taninos amables, alcohol moderado y persistencia media.

Particularmente interesante es el casamiento entre vinos generosos y dulces de Jerez y Oporto con tabacos de fortaleza media. Dicen los británicos que pocas cosas se comparan a la unión de un buen habano con una copita de Oporto Single Quinta Vintage, de Reserva o de algún excepcional Colheita. Yo le diría que no hay mayor placer aromático y gustativo que disfrutar un puro de fortaleza media con un oloroso seco o un untuoso Pedro Ximénez.

Lo que hay que evitar…

Primero y más importante: los fermentados de uva con taninos potentísimos, que generan una sensación de sequedad intensa en el paladar al combinarse con cualquier tipo de tabaco. Segundo: los cigarros puros de fortaleza baja (torcidos a partir de capa “volado”), que suelen ser demasiado invasivos con los preciados aromas y sabores del vino.

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