Hay un vino perfecto para cada instante de la vida, con la llegada del verano es momento de compartir y disfrutar una copa de vino blanco , ideal para esta época que evoca momentos de felicidad, vacaciones y días de calor.
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El tiempo también es un factor importante a la hora de elegir un buen vino . Cuando llega el verano la temperatura aumenta y es por eso, que nuestro cuerpo nos pide degustar vinos fríos como los blancos, rosados, afrutados o espumosos; ya que sus sabores son cálidos, frescos y perfectos para acompañar los platillos más ligeros y típicos de la temporada.
Los vinos blancos son más suaves que los tintos. Tienen un sabor menos intenso que este último, se obtiene a base de la fermentación de uvas blancas, un punto esencial es su acidez, aroma afrutado y su frescura. Se clasifican por el grado de dulzor que tienen tras la fermentación al momento de su elaboración y estos se clasifican en:
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Los vinos blancos secos, son la compañía perfecta para preparaciones con pollo, pavo o cerdo. Los semisecos, son cítricos o aromatizados, acompañan muy bien los pescados, sobre todo los ahumados. Los blancos frutales son los abocados, que pueden ser la opción perfecta para acompañar las ensaladas, y los vinos dulces, son ideales para quesos suaves como el brie o cheddar, o para postres.
Los expertos de Balero nos recomiendan unas ideas sencillas para preparar el mejor menú en esta temporada, lo ideal es escoger platillos fríos, frescos y fáciles de preparar, ya que disfrutamos de un clima envidiable. Así que, si necesitas una excusa para reunirte con tu familia o amigos en estos días soleados, ¡Aquí la tienes!
Entrada:
El platillo perfecto para disfrutar como entrada es una ensalada verde con queso de cabra, a base de lechuga crespa, jamón de pavo, tomates cherry, pepino y aguacate. Un Sauvignon Blanc, es un vino seco y fresco que marida increíble con el aderezo de esta ensalada que sería a base de limón, aceite de oliva, perejil y un poco de vinagre blanco.
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Fuerte:
Un platillo al estilo del chef Guillermo González Beristáin, sería una pechuga de pollo rostizada, acompañada de unos corazones de alcachofas doradas, mil hojas crujientes de papa, salsa de vino blanco y trufa negra o también podría ser un Spaguetti con camarones y almejas en mantequilla de ajo confitado y limón amarillo. Para maridar uno de estos deliciosos platillos te recomendamos un Balero Blanco, elaborado con uvas Chardonnay y Chennin Blanc que, con su color amarillo y destellos dorados, evoca frescura, con sus notas cítricas de piña, té y frutos verdes que dará un balance perfecto entre acidez y alcohol. Sin duda, el toque perfecto que se necesita para disfrutar este menú.
Entre los platillos fríos podemos disfrutar de un ceviche de robalo, en jugo de naranja y chile manzano o un tartar de atún con puré y espárragos muy frescos.
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Postre:
Para cerrar este maridaje perfecto, lo ideal es hacerlo con un delicioso helado de macadamia o frutos rojos. Entre otras opciones están también, una tarta de frutas, una torta de chocolate o un flan. No hay nada mejor en el mundo que deleitar tu paladar con un postre y una copa de vino dulce.
No cabe duda de que los vinos blancos son ideales para disfrutar con diferentes platillos y son la perfecta compañía para degustar en terrazas, jardines, en la playa, en un picnic al aire libre o en casa con una deliciosa comida. Así que, disfruta los días de verano con estos increíbles maridajes con vino blanco .
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