La industria vitivinícola mexicana es joven si se compara con la de Europa. No obstante, el tiempo no es un factor que impida obtener buenos resultados cuando las cosas se hacen bien. Un buen ejemplo se encuentra a 15 minutos de San Miguel de Allende . Ahí, en la carretera a Celaya, desde hace apenas seis años se localiza Viñedo San Miguel , una bodega que abrió oficialmente sus puertas al público la semana pasada.
Bien valía la pena celebrar: se trata de un elemento clave no solo para dotar a la empresa de mejores instalaciones sino también para volverse un destino más en el menú turístico del estado. “En la zona de barricas, nosotros respetamos a la naturaleza. Integramos el edificio con el cerro para crear un buen vino y también una experiencia. La idea es que los visitantes disfruten con el paisaje, con los sentidos y, por supuesto, cuando prueben un buen vino”, dice Carlos Pons González, director de Viñedo San Miguel , durante la inauguración.
UN BUEN INICIO
En un terreno de 60 hectáreas, en el que también hay un desarrollo de casas habitación para gente que quiera vivir en medio del viñedo, sembraron sus primeras vides en 2014. Para 2016 tuvieron su primera cosecha. Un año después, su etiqueta Malbec 2016, obtuvo una “Medalla Gran Oro” en el Concours Mondial de Bruxelles 2017, celebrado en Guanajuato.
Hoy están en su quinta cosecha. Y el reconocimiento ha seguido no solo con otros premios, por ejemplo, una “Medalla de Oro” en el México Selection By Concours Mondial de Bruxelles 2019 en Aguascalientes para su Rosé 2018. También ha llegado de parte del público que poco a poco prueba y adopta sus productos entre lo mejor de México.
“No queremos que Guanajuato sobresalga solo en la fabricación de autos y de autopartes sino también la producción de vino '', dice Pons González, al tiempo que comenta sus planes para crecer a 110 hectáreas de viñedos. “Con esto, somos el viñedo más grande de Guanajuato. En la bodega hay 10 mil metros de construcción. En este momento, tenemos el vino de los tanques, más el que está en 500 barricas (80% de roble francés; 20% de americano), más las botellas que tenemos en reposo. Tenemos una inversión muy grande no solo en infraestructura, también en la producción misma”.
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