El tomar café en México se ha convertido en un ritual en mesa. Un momento en donde compartir entre amigos, pareja o familia, un espacio para disfrutar individualmente o para estudiar cada una de las expresiones de los granos del país y el resto del mundo.
En el país hay algunas preparaciones especiales con este ingrediente, que han retomado momentos históricos mexicanos para hacer nuestro el momento de beber café. En Menú te contamos sobre tres bebidas que han marcado la historia cafetera en México, recetas que iniciaron en la Época Colonial, la Revolución Mexicana y el México contemporáneo.
Leer también: De Coahuila y del Vino Mexicano
La historia cuenta que esta bebida tiene su origen en el puerto cafetalero de Veracruz hace, aproximadamente, 216 años. Se dice que un tranvía que pasaba por la región cada mañana hacía sonar una cuchara en su vaso para que lo rellenaran de café con leche sin necesidad de parar la marcha. Esto perduró por años, con meseros preparados con jarras de leche caliente listas para espumar la bebida en la mano del conductor de tranvía. El ritual del tintineo en el vaso se tradujo en la forma de servir leche a los comensales en el Gran Café La Parroquia en el mismo estado, de tal manera que se conservó la tradición en Veracruz
La historia de esta receta de café tan arraigada a la cultura popular de México, tiene un origen difuso y sin confirmar, sin embargo, es comúnmente dicho que sus inicios datan de la Revolución Mexicana, cuando los revolucionarios estaban en el frente y necesitaban energía y alimento. Las adelitas, las mujeres rebeldes, modificaron la receta de un café tradicional para hacerlo más dulce y especiado, ideal para mantener alerta a los combatientes, de ahí que sus ingredientes sean el piloncillo, canela y clavos. Un aspecto fundamental es que se debe de preparar en una olla de arcilla para mantener el calor por más tiempo, ahorrando combustible y tiempo para los soldados.
Leer también: Café, separando el mito de la verdad
Tiene su origen en Veracruz en 1936, de la mano de la casa Pedro Domecq, conocido por sus trabajo pionero en la conformación de la vinicultura mexicana. De acuerdo con un artículo de Guarda 14, Kahlúa es una palabra de origen náhuatl que se usaba para referirse a la isla ubicada frente a las costas del actual puerto de Veracruz, de donde proviene el licor. A esa isla, Juan de Grijalva la bautizó como San Juan de Ulúa, en una especie de castellanización de la palabra durante la colonización. Este licor se prepara con jarabe de maíz, azúcar, ron y vainilla. Actualmente, es producido por Pernod Ricard, dentro The Absolut Company.