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No hay nada que se compare a desayunar o comer en uno de los muchos mercados que hay en la ciudad mexicana, por eso, te queremos presentar todas las maravillas gastronómicas que hay en el Mercado de Jamaica ubicado al sureste del Centro Histórico muy cerca del Congreso de la Unión.
Es verdad que lo más sobresaliente de este lugar son sus flores, la oferta que tienen es tan extensa que es el lugar ideal para abastecerte de centros de mesa si estás por celebrar alguna fecha especial.
Pero otra de sus grandes virtudes es la comida que encuentras, ya sea preparada o hasta ingredientes para llevar a tu casa e improvisar en la cocina. Por ejemplo, en agosto los pasillo principales se llenan de hongos silvestres que le dan un toque muy diferente a la comida.
Y, como hay flores al por mayor, encuentras todas las comestibles que te imagines, entre ellos los quiotes del agave tequilero y pulquero que son traídos desde Michoacán.
También hay una gran variedad de quesos frescos que combinan con todo, frutas y verduras que no encuentras con tanta facilidad como las tunas moradas o la popular maracuyá.
Y, por supuesto, después de dar todo un recorrido por sus secciones, es imposible que el estómago no te empiece a rugir. Hay tantos puestos que ya no sabes qué comer, pero puedes empezar con un pan de elote o unos esquites acompañados de mollejas o papas fritas. Y para la sed, ¿qué tal un tepache?
Después, debes comer una quesadilla de lo que quieras: flor de calabaza, quesillo, tinga, picadillo o huitlacoche. Si no te gustan o se te antojan, prueba los tacos de carnitas, una mojarra frita, un caldo de pancita o unas enchiladas verdes.
Para cerrar con broche de oro están los famosos huaraches de ‘La Güera’ que, dicen por ahí, son los mejores de la zona y están en un anexo del mercado. Los mejores son los de costillla y bisteck (les ponen queso oaxaca gratinado si quieres), nadie se resiste a ellos y es que el aroma que desprende cuando los preparan te hipnotiza hasta que te lo acabas.
Todavía no acabamos, tenemos una recomendación si te lanzas a desayunar, hay un señor que desde las 7:30 u 8:00 de la mañana se pone en una de las rampas y vende unos atoles deliciosos y saben mejor cuando los acompañas de un tamalito de champiñones.
¡Quién no quisiera ir a comer ahí todos los días! Lo ideal es llevarse un recuerdito para disfrutarlo después: ¡tlacoyos! Hay de masa azul y blanca con frijol, haba, requesón y chicharrón. Hasta te los puedes llevar a la oficina y ser la envidia de todos.
El mercado está abierto todo el día los 365 días del año, así que si tienes chance, lánzate uno de estos días o en fechas importantes como Día de la Independencia, Día de Muertos y Navidad ya que, además de encontrar un montón de decoraciones y flores, hallarás comida e ingredientes específicas de esos días.